Las altas temperaturas de febrero derritieron la nieve y despertaron a osos del zoológico de Moscú. Foto: Pixnio
Para los osos del parque zoológico de Moscú el breve e inusualmente cálido invierno concluyó un mes antes de lo habitual, luego de que despertaran de su sueño invernal y abandonasen sus madrigueras para dar su primer paseo al aire libre.
“Esto es algo inédito. Hasta el punto de que se despertasen un mes antes, eso es algo que no había pasado nunca”, declaró a Efe Andréi Tupikin, especialista del zoológico.
Para el experto del zoo, se trata de “un momento muy emocionante, cuando tras el sueño invernal abrimos por primera vez las puertas de las madrigueras y ellos tienen la oportunidad de salir a los recintos, donde podremos verlos”.
Y efectivamente, tras pocos minutos de espera la osa parda Rosa hizo su aparición, caminando perezosamente hacia los alimentos que les dejaron los guardas -manzanas, peras, coles, hierba hidropónica- y comenzó su desayuno primaveral con las peras, a todas luces sus preferidas.
Pocos minutos después, la osa tibetana Budur, de 26 años, también salió de su refugio y de dedicó a devorar pausadamente un manojo de hierba hidropónica.
Mientras, el macho Aladín deberá esperar unos días más a que despierte del todo, ya que estos animales salen del sueño aturdidos y pueden lastimarse entre sí en caso de no tomarse precauciones, explicó el experto.
La víspera el Zoológico de Moscú ya había informado en su cuenta de Facebook que las altas temperaturas de febrero que derritieron la nieve “despertaron a la osa parda Rosa y la pareja de osos tibetanos Aladín y Budur”.
Según el zoo, en 2019 estos animales abandonaron sus madrigueras artificiales en abril, pero en 2020 “los animales comenzaron a despertar en la segunda quincena de febrero”.
Tupikin comentó que a diferencia de otros animales que caen en un estado de hibernación profunda y resulta difícil despertarlos durante ese estado, los osos duermen, lo cual significa una mayor actividad metabólica y la capacidad de despertar inmediatamente en caso de peligro, y convertirse a su vez en un peligro ellos mismos.
El zoólogico explicó que los osos no temen al frío sino al hambre, ya que no son capaces de conseguir alimentos bajo la nieve, por lo que esperan que esta se derrita.
“Este año la primavera llegó con mucha antelación, casi podríamos decir que no hubo invierno, y en febrero nuestros osos comenzaron a inquietarse, a levantarse, a caminar por sus madrigueras y mirar en dirección a la salida. Y ahora ya comprendimos que están listos para salir”, afirmó.
El invierno 2019-2020 ha sido el más cálido en toda la historia de observaciones meteorológicas, y superó el anterior récord alcanzado en el invierto de 2015-2015 en 1,3 grados centígrados, según informó la víspera el experto del Centro de Hidrometeorología de Rusia, Román Wilfand.
Además, el meteorólogo ruso señaló que este invierto ha sido el más cálido en todo el hemisferio norte y el más “brumoso” para Moscú, ya que el cielo estuvo despejado apenas 71 horas en tres meses.