La migración del tiburón martillo es investigada

Miles de hembras martillo embarazadas se agregan cada año en Darwin y Wolf. Foto: Cortesía  Jorge Fontes y Jordi Chias / FCD

Miles de hembras martillo embarazadas se agregan cada año en Darwin y Wolf. Foto: Cortesía Jorge Fontes y Jordi Chias / FCD

Miles de hembras martillo embarazadas se agregan cada año en Darwin y Wolf. Foto: Cortesía Jorge Fontes y Jordi Chias / FCD

La abundancia de tiburones martillo se reduce drásticamente desde febrero de 2020 en las islas Darwin y Wolf. Hacia dónde se dirigen y cuál es el propósito de estas migraciones son inquietudes que los científicos aún se esfuerzan por resolver.

Para tener más información sobre sus movimientos, 15 hembras de tiburón martillo fueron marcadas el mes pasado. Todas estaban embarazadas al momento de colocar los transmisores satelitales. Esta es la primera vez que se logra realizar este procedimiento en estos animales en Galápagos.

Pelayo Salinas de León, científico principal del Proyecto de Ecología de Tiburones de la Fundación Charles Darwin y miembro de la iniciativa Pristine Seas de National Geographic, explica que durante varios años se ha intentado capturar a estos tiburones para colocar las marcas fijas. Aunque se han obtenido resultados positivos con otras especies, con esta no habían tenido éxito.

Científicos del proyecto de ecología de tiburones de la Fundación Charles Darwin con la ayuda de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Universidad de las Azores (Portugal) y la Universidad Nova Southeastern (EEUU), desarrollaron una técnica para asegurarse de que el procedimiento funcione como esperaban.

Salinas de León cuenta que a los tiburones martillo no les gustan las burbujas que producen los buzos y su equipo, por lo que era necesario que realicen un buceo a pulmón para acercarse más a los animales y finalmente instalar la marca.

El proceso requirió hasta 10 horas por día en el agua. Para lograrlo, los investigadores decidieron ubicarse en la superficie y, cuando observaban a una hembra grande, descendían. Después se acercaban a la aleta dorsal y, con un arpón modificado, insertaban un dardo en la base de la aleta para que este se enganche.

Esta marca tiene un cable de acero de un metro y, una vez que se instala, el animal puede ir remolcándola. Cada vez que el tiburón se acerca a la superficie, este dispositivo flota y se activa. En ese momento empieza a transmitir la posición del animal al satélite.

Los investigadores pueden monitorear en tiempo real la ruta que sigue el tiburón. Pelayo dice que esto permitirá conocer a qué zonas se dirigen las hembras para tener a sus crías.

Aunque en Galápagos recientemente se han documentado áreas de crianza, el número de tiburones martillo bebés es muy bajo. No hay ni una centena de individuos en algunas de estas áreas, explica el investigador. Por otro lado, se ha evidenciado que en los manglares de la costa de Ecuador, Colombia, Costa Rica, Panamá y México pueden estar hasta 10 000 crías.

La hipótesis hasta el momento es que la mayor parte de las hembras no tiene a sus bebés en la Reserva Marina de Galápagos, sino que migra a zonas del continente. Los investigadores creen que los animales copulan en el archipiélago y entre marzo y abril salen nuevamente de las islas.

Los adultos regresan a partir de junio, que es cuando vuelve a aumentar el número de ejemplares en la reserva. La población que se congrega durante estos meses ha hecho que las islas Darwin y Wolf sean consideradas como las zonas que albergan la mayor biomasa mundial de tiburones.

Las crías se quedan hasta cumplir el primer año en las bahías de manglar. Según la Fundación Charles Darwin, es muy probable que las zonas de crianza estén distribuidas en las costas continentales del Pacífico Tropical Oriental, una eco región que se expande desde el sur de Baja California en México hasta el norte de Perú.

Las marcas colocadas en las hembras tienen un margen de error de 200 metros. Esto permitirá que se conozca con precisión a qué países e incluso a qué bahías de manglar se dirigen. Para Pelayo, es importante entender estas migraciones no solo para tener más datos de la ecología de esta especie, sino para usar esta información en planes de manejo que ayuden a la conservación.

La especie de tiburón martillo común se encuentra en ‘Peligro Crítico’ en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Una de sus mayores amenazas en el país es la pesca.

Cuando las hembras salen de la reserva marina, son más vulnerables a la actividad pesquera que rodea la zona. Muchas son capturadas con las redes de enmalle o palangre, y en ocasiones los neonatos y juveniles también son atrapados.

Pelayo explica que, al entender mejor la conectividad entre Galápagos y las zonas del continente, las autoridades podrán incrementar la protección a esta especie durante su ruta migratoria.

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