Los países representados en la COP29 de Bakú (Azerbaiyán) alcanzaron un acuerdo sobre comercio de emisiones de carbono y creación de un mercado mundial regulado. Esto con el fin de cumplir los objetivos del art. 6 del Acuerdo de París.
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“Esta era una de las principales prioridades de la Presidencia para el año. Se impulsó a las partes hacia este hito mediante intensas negociaciones técnicas y políticas de doble vía. Esta estrategia rompió con años de estancamiento y finaliza el último punto pendiente del Acuerdo de París”. Esto lo destaca el comunicado de la organización.
El acuerdo, según el documento, dio sus primeros pasos positivos cuando, en la primera semana, se acordó construir un mercado de carbono centralizado en el marco de NN.UU.
El artículo 6 del Acuerdo de París insta a los países a cooperar para reducir sus emisiones de carbono. En ese sentido, un país puede transferir a otro los créditos de carbono que obtuvo mediante la reducción de sus emisiones.
Esto supone que los países que liberen poco C02 pueden vender derechos de emisión a quienes más generen, bajo la gestión de NN.UU., con garantías de contabilidad y con registro de intercambios.
Para la presidencia de la COP, que vivió hoy un día contrarreloj, el acuerdo proporciona “mercados de carbono fiables y transparentes” a los países que colaboran para alcanzar sus objetivos climáticos.
Según la presidencia de Azerbaiyán, la creación del Mercado de Carbono de la ONU podría desbloquear flujos de inversión de 250 mil millones de dólares al año. Esto facilitaría a los países el cumplimiento de sus respectivas contribuciones climáticas nacionales (NDC).
Acuerdo sobre mercado de carbono generó reacciones
La forma de llevar las negociaciones generó críticas y el acuerdo levantó una oleada de reacciones. Esto se debe a que es una parte controvertida de la política medioambiental.
La ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, acusó a los estados petroleros de “juegos geopolíticos” y de maniobras “engañosas”, en las negociaciones contrarreloj.
La negociadora principal de Panamá, Ana Aguilar, criticó la falta de transparencia en el proceso, algo que achacó a la presidencia azerí de la cumbre. Según ella tuvo más reuniones con unas partes que con otras.
Para la organización Greenpeace, los mecanismos de mercado de carbono acordados “son una estafa”, al permitir a la industria fósil compensar las nuevas emisiones.
Kelly Stone, analista política senior de ActionAid USA, destacó que el acuerdo elude la financiación climática en favor del “lavado verde”. “Los mercados de carbono que permiten la compensación – que son esencialmente permisos para seguir contaminando – no son acción climática”.