Investigación revela que los trópicos estimulan la biodiversidad

Uno de los puntos de investigación fue la cuenca del río Napo. Foto: cortesía José Vieira/USFQ/Tropical Herping y Esteban Suárez/Instituto BIOSFERA-USFQ

Uno de los puntos de investigación fue la cuenca del río Napo. Foto: cortesía José Vieira/USFQ/Tropical Herping y Esteban Suárez/Instituto BIOSFERA-USFQ

Uno de los puntos de investigación fue la cuenca del río Napo. Foto: cortesía José Vieira/USFQ/Tropical Herping y Esteban Suárez/Instituto BIOSFERA-USFQ

Los trópicos son conocidos por la gran cantidad de especies que albergan en su territorio y la causa de su abundante biodiversidad se ha convertido en el centro de interés de los científicos desde hace más de 50 años. Aunque las hipótesis apuntaban a la poca variabilidad del clima como la responsable de este fenómeno, esto no había sido comprobado hasta el momento.

Un estudio publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) logra demostrar que la poca variación climática existente en zonas cercanas a la latitud 0 favorece a que las especies tropicales evolucionen rangos de tolerancia térmica pequeños y, también, una dispersión restringida. Estas características, sobre todo en ambientes montañosos, generan un rápido aislamiento entre las poblaciones y permiten el desarrollo de nuevas especies.

Andrea Encalada, profesora investigadora del Instituto Biosfera de la Universidad San Francisco de Quito y una de las autoras del estudio, explica que esta investigación se inició en el año 2011 e involucró a expertos en distintas disciplinas provenientes de dos universidades de Ecuador y tres de Estados Unidos.

Para lograr probar la hipótesis inicial, se realizaron muestreos de invertebrados acuáticos en cientos de riachuelos a lo largo de diferentes gradientes de elevación en las Montañas Rocosas de Estados Unidos y en los Andes Orientales del Ecuador. Esta información fue combinada con varios experimentos que permitieron estimar las tasas de extinción, especiación y evolución de estos organismos.

Encalada cuenta que se decidió utilizar a los invertebrados acuáticos, ya que estos organismos han sido menos estudiados que otras especies de animales más grandes y también se buscaba conocer más sobre los sistemas acuáticos. Otra de las razones es que, al encontrar los mismos grupos de estos insectos tanto en América del Norte como en Los Andes, se facilitan las comparaciones a nivel genético y fisiológico.

Los resultados demostraron que la diversidad críptica en los trópicos es muy alta. Esto significa que hay muchas especies que, morfológicamente, se parecen, pero con análisis genéticos, se puede ver que son diferentes. Esta alta diversidad en los trópicos está acompañada de una poca capacidad de adaptación a otros gradientes y a otras temperaturas por parte de estas especies.

Juan Manuel Guayasamín, profesor de la USFQ y uno de los autores de la investigación, explica que uno de los hallazgos más significativos es que se comprobó que las especies tropicales tienen menos tolerancia a los cambios en el clima, en comparación con las que viven en zonas templadas. Esto significa que, en general, las especies que habitan cerca de la latitud 0 están mucho más amenazadas por los incrementos en temperatura producidos por el cambio climático.

A través de la investigación también se pudo evidenciar que los organismos que viven en zonas más altas aguantan cambios de temperatura más amplios que los de las zonas más bajas. Este es un aspecto inesperado, dice Guayasamín, porque muestra que estas especies están mejor preparadas para afrontar las consecuencias del cambio climático.

A pesar de que este estudio tiene énfasis en los Andes de América del Sur y en las montañas rocosas de Estados Unidos, esto se puede aplicar para otros sistemas montañosos en el mundo. “El estudio responde preguntas complicadísimas sobre el origen de la biodiversidad tropical”, dice el profesor de la USFQ. El proceso mecanístico empleado para probar estas hipótesis incluyeron análisis genéticos, genómicos y experimentales, que, en conjunto, “representa el estudio más sólido que se tiene hasta la fecha sobre este patrón”.

Para Encalada, estos resultados son útiles para generar más conciencia sobre la necesidad de planes de conservación, que eviten la extinción de las especies en los trópicos y en los sistemas acuáticos, que son los más amenazados en la actualidad.

Los ríos no solo son recursos hídricos, sino también ecosistemas donde hay vida y estas especies están haciendo funciones ecológicas importantes, dice Encalada. Una parte del proyecto está enfocada en el rol de los insectos en la descomposición de materia orgánica. Ahora, los investigadores se están enfocando en continuar el trabajo en la cuenca del río Napo y en analizar la diversidad de otros grupos.

El estudio

Para comprobar la hipótesis en esta ocasión se decidió utilizar a especies de invertebrados acuáticos. En Ecuador se analizó ejemplares de la Ninfa de efímera acuática del río Nushiño, Ninfa acuática de mosca de la piedra del río Papallacta, Ninfa de efímera acuática del río Papallacta y la Larva acuática de mosca de funda del río Nushiño.

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