Ecuador alcanza las 600 especies de anfibios

Pristimantis erythros.. Fotos: Santiago R. Ron, Juan Carlos Sánchez y Paul Székely/ Fauna web-puce

Pristimantis erythros.. Fotos: Santiago R. Ron, Juan Carlos Sánchez y Paul Székely/ Fauna web-puce

La descripción de la rana de lluvia, Scinax tsachila, fue publicada a finales de septiembre del 2018. Foto: Santiago R. Ron, Juan Carlos Sánchez y Paul Székely/ Fauna web-puce

Ecuador tiene 600 especies de anfibios en su lista, con la descripción de la Rana de lluvia tsáchila (Scinax tsachila). Solo otros tres países en el mundo habían alcanzado esa cifra hasta ahora.

Cuando Santiago Ron la descubrió, no imaginó que con su descripción Ecuador pasaría a ser parte de la lista de los cuatros países con la anfibiofauna más numerosa del planeta.

La primera vez que Ron la vio fue en el año 2003, cuando estaba trabajando en la Costa ecuatoriana en su tesis de doctorado. Hasta ese momento, se suponía que solo había una especie de rana de lluvia en esta zona, pero una noche el investigador percibió que había un canto distinto.

Al identificar de dónde venía el sonido, se pudo dar cuenta que este ejemplar tenía una coloración diferente al de otros conocidos y, con los estudios genéticos, comprobaron que era una especie nueva.

El proceso de descripción tomó varios años, hasta que la semana pasada (finales del mes de septiembre del 2018) finalmente se publicó el hallazgo en una revista especializada. Con esto se confirmó la noticia de que Ecuador había alcanzado un número de especies que no es común en el mundo.

Ron, quien trabaja como curador de anfibios del Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), dice que esto “es algo realmente único”, ya que solo Brasil (1 059), Colombia (790) y Perú (636) habían superado esta cifra.

Pristimantis erythros.. Fotos: Santiago R. Ron, Juan Carlos Sánchez y Paul Székely/ Fauna web-puce

De las 600 especies que tiene Ecuador, el 42,5% (255) son endémicas, es decir, solo se las puede encontrar en este territorio. Este número es mayor al de todas las especies de anfibios que existen en países como Argentina.

Según Ron, la tasa a la que se van adicionando estos animales cada año es bastante alta. En la última década se han descrito 136 especies nuevas, en lo que va del 2018 van seis y hasta fin de año se espera superar el promedio de descripciones anuales.

Andrés Merino-Viteri, director del proyecto de Conservación de Anfibios Balsa de los Sapos, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la PUCE, explica que lo más importante es el resultado que se obtiene al hacer el cálculo de especies por unidad de área. “El número 600 puede no decir mucho, pero la importancia de la cifra se da en relación con el espacio reducido de nuestro territorio”, dice Merino.

Se estima que en Ecuador existen 244 especies por cada 100 000 kilómetros cuadrados. Papúa Nueva Guinea, que está segundo en esta lista -de especímenes/km²- tiene un tercio de la cifra de Ecuador en ese mismo espacio y Brasil, que lidera en número total de especies en el mundo, tiene solo 12 por cada 100 000 km².

Sapito Siona o Amazophrynella siona. Fotos: Santiago R. Ron, Juan Carlos Sánchez y Paul Székely/ Fauna web-puce

Para Merino, el aspecto positivo de esto es que convierte al país en un sitio más atractivo para el turismo de naturaleza. Las personas pueden ver un número muy grande de anfibios sin necesidad de recorrer largas distancias.

La alta concentración de estos animales en pequeños espacios también trae consecuencias negativas. Los daños causados por las actividades humanas en zonas reducidas, afectan a un mayor número de ejemplares y pueden llevar a la extinción de toda una especie.

Aunque el Ecuador lidera en biodiversidad, el número de anfibios amenazados también es alto. Según la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), del total de las especies para las que se poseen datos, el 45,7% actualmente tiene un grado de amenaza.

Ron explica que con los estudios realizados han comprobado que las especies que están consideradas “en peligro crítico” y “en peligro” están concentradas en la zona de los Andes, lo que contrasta con las de “preocupación menor” o “vulnerable”, que están en la Amazonía.

La Pristimantis tiktik es parte de las seis especies descritas este año. Fotos: Santiago R. Ron, Juan Carlos Sánchez y Paul Székely/ Fauna web-puce

La poca capacidad que tienen estos animales de moverse a otros sitios cuando su hábitat es afectado los convierte en un grupo especialmente sensible a las amenazas persistentes en el país, como la deforestación, el avance de la frontera agrícola y la fragmentación de los bosques.

Los expertos advierten que el cambio climático también va a ser una amenaza muy grande para los anfibios en el futuro. Al tener una piel delicada, son muy sensibles a inundaciones, sequías o lluvias intensas, que tienen efectos más fuertes sobre estos que sobre otros animales.

Para Ron, alcanzar las 600 especies no solo representa una celebración sino un recordatorio de la necesidad de medidas para la protección de su hábitat y evitar la importación de anfibios, para prevenir la llegada de enfermedades que los pueden poner en peligro.

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