La disminución de las fuentes de agua y el temor a la escasez del líquido vital en el futuro son algunas de las motivaciones que han llevado a la creación de iniciativas para fortalecer la protección de estos recursos naturales en el país.
Desde mañana, 3 de diciembre del 2018, Ecuador tendrá oficialmente su primera Área de Protección Hídrica (APH), que se suma al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Ponce-Paluguillo, la reserva elegida para inaugurar esta nueva clasificación, tiene una extensión de 4 260, 63 hectáreas y es considerada como una zona importante para el abastecimiento de agua para Quito y las comunidades rurales que están ubicadas en los alrededores de esta área.
Adriana Aguilar, técnica del Plan Nacional del Agua de la Secretaría Técnica del Agua (Senagua), explica que esta zona contribuye al sistema integrado de Papallacta, el cual aporta con más del 50% de agua para Quito. También dota de este recurso para riego y consumo a las comunidades de San José del Tablón Alto e Itulcachi. Estas personas siembran quinua, chochos, papas y otros productos en sus tierras, que después comercializan. “Sin estas fuentes de agua se terminan sus fuentes de subsistencia”, dice.
A esto se suma la importancia ecosistémica del sector que alberga a los humedales de la zona y es un refugio de animales silvestres como el oso de anteojos y el cóndor andino.
Ubicado en la cuenca alta del río Guayllabamba, este lugar llama la atención de quienes transitan por la vía a Papallacta y la vía a Píntag, que son los dos puntos por donde se puede ingresar a la zona protegida.
Uno de los aspectos más importantes es que Ponce-Palugillo se encuentra entre las áreas de conservación Cayambe-Coca y Antisana, por lo que representa una protección adicional para toda la biodiversidad que alberga esta zona.
Raúl Galeas, geógrafo del Fondo para la protección del Agua (Fonag), explica que una parte de esta nueva APH ya era un área de conservación de fuentes hídricas de este organismo. Para obtener la declaratoria, a estas zonas manejadas por el Fonag se sumaron las tierras que pertenecían a Camilo Ponce, quien las donó para su conservación.
En la zona ya se estaban desarrollando programas relacionados a la gestión de agua con una red de estaciones climáticas, donde se monitorea y recolectan datos. También tienen un programa de recuperación de cobertura vegetal con plantas nativas, el programa de áreas de protección hídrica y los programas de educación ambiental con los vecinos.
Con la nueva declaratoria, “ahora hay un candado adicional para su protección”, dice Galeas. Esto permitirá que toda esta área esté protegida de las amenazas para la biodiversidad y para las fuentes de agua como la minería, las actividades productivas o el cambio de uso de suelo.
Una de las principales amenazas para este tipo de ecosistemas ha sido históricamente la agricultura y la ganadería, que son actividades productivas asociadas a la erosión del suelo y contaminación de las fuentes hídricas. Este entorno demora mucho en recuperarse, explica Galeas, por lo que es necesaria su protección.
Ponce-Paluguillo es la primera de las nueve Áreas de Protección Hídrica que se planea crear. Aguilar dice que la Senagua trabaja con comunidades en las nueve demarcaciones hidrográficas que hay en el Ecuador para construir este mismo escenario.
Humberto Cholango, secretario del Agua, explica que para llegar a esta decisión han realizado un análisis del estrés hídrico en el país. Los datos revelan que en los últimos 50 años los glaciares de Chimborazo, Cotopaxi y Cayambe se han reducido en un 40% y en la Cordillera de los Andes ha disminuido el 7% del caudal de agua.
Según Cholango, cada vez hay más necesidad de agua para la producción, industria, hidroeléctricas y los estudios indican que las 13 ciudades más grandes del Ecuador en el 2040 van a necesitar 50% más de agua para consumo humano.