La deforestación en Perú alcanzó 147 000 hectáreas en 2019

La deforestación en Perú alcanzó 147 000 hectáreas en 2019, según el Ministerio de Ambiente de ese país. Foto: Pixabay

La deforestación en Perú alcanzó 147 000 hectáreas en 2019, según el Ministerio de Ambiente de ese país. Foto: Pixabay

La deforestación en Perú alcanzó 147 000 hectáreas en 2019, según el Ministerio de Ambiente (Minan) de ese país. Foto: Pixabay

La deforestación en Perú abarcó durante 2019 unas 147 000 hectáreas de bosques, un área superior a la superficie de Hong Kong, según una estimación preliminar del Ministerio del Ambiente (Minam).

El viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales, Gabriel Quijandría, anticipó este jueves 30 de enero de 2020 la cifra durante una reunión con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), a falta de que esta sea corroborada con otras bases de datos.

De confirmarse esta estimación inicial, estaría por debajo de los niveles de deforestación de los últimos años, incluso las de 2018, cuando la superficie deforestada de los bosques peruanos fue de 154 766 hectáreas.

La agricultura, gran deforestadora

En el mismo encuentro intervino la ministra peruana del Ambiente, Fabiola Muñoz, quien confirmó que la agricultura migratoria y desordenada continúa siendo la principal causa de la deforestación en el país, y además es el mayor factor de emisiones de efecto invernadero en el territorio peruano.

Desde 2001, Perú ha perdido cerca de 2,3 millones de hectáreas de bosques, una superficie superior a la de El Salvador, por causas como la agricultura migratoria, la tala ilegal, la minería ilegal y el narcotráfico.

En ese sentido, Muñoz se mostró a favor de una iniciativa planteada por el Servicio Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), que prevé para este año adjudicar ocho millones de hectáreas de bosques a proyectos sostenibles de iniciativa privada, tanto concesiones forestales como ecoturismo, entre otras actividades.

Bosques sin supervisión 

La ministra argumentó que la deforestación se concentra en aquellos bosques sin supervisión y defendió que están mejor controlados si están dentro de una área natural protegida, de una comunidad indígena o de una concesión privada, así sea una concesión forestal para extraer madera.

En 2018 el 33 % de la deforestación registrada en Perú se dio en estos bosques carentes de 'guardianes' y la estimación actual para 2019 es del 29 %.

"Si la tiene un concesionario o cualquier otro actor con derechos, el Estado puede exigirle que cumpla con ciertas medidas y responsabilidades, pero cuando tengo áreas donde no hay ningún titular, esas son las más expuestas y vulnerables", indicó Muñoz.

La titular de la cartera del Ambiente apuntó que no considera contraproducente avanzar en asignar derechos sobre los bosques, donde en Perú hay todavía 14 millones de hectáreas sin derechos.

"Tenemos que estar seguros de hacerlo bien y creo que a lo largo de los últimos años el esfuerzo del Estado ha sido diferenciar entre los buenos y malos, y creo que ahora tenemos claros quienes hacen manejo sostenible, y los que no, tienen que salir", añadió.

Muñoz lamentó que Perú no esté dando el valor que se merecen a sus bosques en pie y consideró que convertirlos en carbón para cocinar "es un pésimo uso para unos bosques tan ricos".

Tala ilegal, una asignatura pendiente 

La ministra reconoció que "hay un esfuerzo pendiente" por parte del Estado para asegurar que toda la madera que se produce en el país sea de origen legal.

Actualmente un 66 % de la madera que exporta Perú es de procedencia ilegal, según datos del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor).

La ministra admitió que dos de las especies más demandadas son la caoba y el shilhuahuaco, un árbol que crece muy lentamente y cuya madera es tan dura y resistente que hasta hace unos años los pobladores de la Amazonía no lo cortaban porque sus sierras no resistían esa madera.

Foto referencial. Plantaciones de caoba en Perú. Foto: Pixabay

Confirmó, además, que el mercado chino es uno de los que más demanda estos dos tipos de árboles para convertirlos luego en pisos laminados.

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