La AEZA recomienda revaluar las condiciones en las que se permitió la importación de jirafas. Foto: Archivo EL COMERCIO
La Asociación Ecuatoriana de Zoológicos y Acuarios envió este 29 de junio del 2020 una carta a Paulo Proaño, ministro del Ambiente y Agua, para expresar su postura sobre la muerte del neonato de jirafa. En esta ofrecen su contingente técnico para evaluar las importaciones y cuidado de fauna exótica, al igual que la capacidad de manejo de los centros interesados en realizar estas prácticas.
Al ser el MAE el encargado de permitir la llegada de la fauna exótica al país, en esta carta se recomienda revaluar las condiciones en que se autorizó la importación de las dos jirafas en el año 2017 y revisar si se ha cumplido lo que se planificó en ese momento.
Para AEZA, hay casos en los que la presencia de la fauna exótica se justifica. Por ejemplo, si estas especies son parte de una estrategia de gestión de fondos en la que los recursos generados por su presencia, se destinen al cuidado y liberación de la fauna local que rescatan y atienden diariamente estos centros.
Otra justificación es que estos animales sean manejados bajo programas válidos de educación para la conservación que sean medibles y que demuestren que han generado un impacto en la percepción de los visitantes del zoológico.
La presencia de estos animales también se podría entender si son parte de iniciativas para mejorar sus condiciones o si se trate de una importación de especies exóticas críticamente amenazadas de extinción, que estén vinculadas a programas y proyectos regionales y mundiales de conservación avalados por organizaciones reconocidas.
Tras presentar estos criterios, los miembros de AEZA proponen que la organización se convierta en veedora del cumplimiento de los requisitos para la importación de fauna exótica, una vez que los centros interesados ya hayan cumplido los lineamientos legales establecidos por el MAE.
AEZA rechaza el manejo técnico de las dos jirafas porque su reproducción no estaría amparada en un programa de reproducción autorizado y no contaría con un plan que justifique su nacimiento.
Por otro lado, dicen sus miembros, es necesario tener mayor evidencia sobre las causas del fallecimiento de la jirafa. “No es correcto condenar la muerte del neonato, por el simple hecho de que murió, la muerte de un animal bajo cuidado humano es un factor real y permanente que puede ocurrir en cualquier situación, enfermedad, momento y escenario”, sostienen. Para establecer criterios sobre este evento, es necesario conocer los informes de necropsia post mortem.
AEZA también recuerda en su comunicado que es importante que se desarrollen modelos de gestión para promover el rescate, cuidado y manejo de la vida silvestre, ya que los zoológicos hasta el momento se han encargado económica y logísticamente de esa responsabilidad del Estado.