Ecuador enfrenta una prolongada sequía, mientras que Colombia experimenta lluvias intensas e incluso inundaciones. Este fenómeno climático se debe a la interacción de eventos oceánicos y atmosféricos, principalmente, por los fenómenos de El Niño y La Niña.
Más noticias
El Niño y La Niña son fases opuestas del fenómeno conocido como Oscilación del Sur. El Niño se caracteriza por un aumento en la Temperatura Superficial del Mar (TSM) en el océano Pacífico central, mientras que La Niña presenta anomalías frías en esa misma área. Los dos eventos ocurren en el área llamada 3.4, cuyo centro queda a ocho mil km al oeste de Ecuador.
Según Franklin Ormaza, investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), durante La Niña, las anomalías de la TSM oscilan entre -0.5°C y -2.0°C. Pero este momento, la TSM es menor al promedio de 20 a 25 años. Para el niño las anomalías son positivas (+0.5°C y +2.0°C).
En Ecuador, los efectos típicos de La Niña incluyen lluvias por debajo del promedio y sequías prolongadas, como las que están ahora en la costa ecuatoriana.
En contraste, durante El Niño, se producen excesos de lluvias que pueden llevar a inundaciones desastrosas. Este patrón se ha observado en dos eventos pasados de 2015-2016 y 2023-2024.
Las razones del retraso en la activación de La Niña
Inicialmente se había anticipado que La Niña podría comenzar en agosto en Ecuador. Sin embargo, los pronósticos climáticos y oceánicos han cambiado, enfatiza Ormaza.
Aunque las temperaturas de la superficie del mar (TSM) en el Pacífico ecuatorial central y oriental han estado relativamente frías, la parte atmosférica del fenómeno no se ha acoplado adecuadamente. Es decir, las condiciones meteorológicas no han alcanzado los valores necesarios para que se declare oficialmente la presencia de La Niña.
Recientemente, las condiciones meteorológicas parecían acercarse a esos umbrales, pero finalmente no se concretaron. Por lo tanto, se espera que el acoplamiento entre las condiciones oceánicas y atmosféricas ocurra a finales de noviembre o principios de diciembre. A pesar de este retraso, las condiciones oceanográficas en el Pacífico siguen estando dentro de los límites de La Niña.
¿Por qué en Colombia y Perú hay lluvias intensas y en Ecuador no?
El fenómeno de La Niña se caracteriza por el enfriamiento de las aguas del Pacífico Sur Oriental, lo que altera los patrones atmosféricos globales. En Perú y Colombia, este enfriamiento genera un cambio en las condiciones climáticas, alejándose de la zona de divergencia ecuatorial y microclimas locales que provocan lluvias intensas. Esto ocurre especialmente en las regiones Andina y Caribe de Colombia y en ciertas áreas de Perú.
En Ecuador, el impacto de La Niña es diferente, puntualiza Andrés Pazmiño, director del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar). La temperatura de las aguas superficiales del mar se reduce debido a un fenómeno conocido como “fortalecimiento de los vientos alisios”. Estos vientos empujan las aguas superficiales hacia el oeste, lo que permite que las aguas frías de la subsuperficie asciendan. Esto genera un enfriamiento en la temperatura superficial en la zona ecuatorial del Pacífico.
Este proceso-añade- es más pronunciado en la región de Ecuador debido a su ubicación en la línea ecuatorial. Ahí el efecto Coriolis (la rotación de la Tierra) juega un papel clave al producir la divergencia ecuatorial, separando las aguas superficiales y permitiendo que las aguas más frías subsuperficiales las reemplacen.
Este enfriamiento en la superficie del mar contribuye a condiciones de menor evaporación y más secas en Ecuador. Esto contrasta con las lluvias que afectan a Colombia y Perú, debido a la dinámica de microclimas locales. En la plataforma de Galápagos, las corrientes hacia el este (Cronwell) choca y emerge, lo que produce temperaturas frías. También influye en el clima la distribución desigual de las precipitaciones en la región del Pacífico Ecuatorial.
Así, aunque La Niña es un fenómeno global, sus efectos no son homogéneos. En el caso de Ecuador, la interacción entre su ubicación geográfica, los vientos alisios y el enfriamiento de la superficie del mar por las aguas submarinas que emergen provoca un patrón climático distinto al de Perú y Colombia, explica Pazmiño. Estos factores combinados demuestran por qué existen lugares de intensas precipitaciones, mientras Ecuador experimenta una época lluviosa débil.
Las previsiones a corto plazo?
Las proyecciones indican que si se establece un evento de La Niña, este podría ser débil y corto, extendiéndose hasta enero o febrero de 2025. Durante este periodo, se espera que la costa centro-sur de Ecuador continúe con sequías. La Amazonía podría experimentar un retorno a condiciones más normales con posibles inundaciones.
“Se debe recordar siempre que las estructuras meteorológicas de la costa ecuatoriana están gobernadas por el Océano Pacífico, mientras que la Amazonía es regida por el Atlántico”, explica Ormaza.
El director del Inocar, por su parte, explica que las previsiones para 2025 están siendo monitoreadas, ya que el comportamiento climático sigue evolucionando. En la región del Pacífico central confirma que se espera La Niña débil, pero prevé una transición climática que aún requiere seguimiento, debido a la complejidad de los modelos climáticos, en la zona del Pacífico Sur Oriental. Allí actualmente se muestra valores neutros.
Aunque La Niña podría ser débil en 2025, esto dependerá de las condiciones naturales del océano, sobre todo de la intensidad de los vientos alisios. Si estos vientos se intensifican podrían reforzar el efecto de La Niña. Sin embargo, las proyecciones climáticas y los pronósticos trimestrales sugieren que es probable que la región costera experimente precipitaciones por debajo de lo normal, en comparación con los patrones climáticos habituales.
Factores que están influenciando en los eventos climáticos
Hay expertos que consideran que el cambio climático también juega un papel en la intensidad y frecuencia de los fenómenos climáticos extremos. Sin embargo, Ormaza señala que está afectando más otros dos factores: la deforestación y las condiciones oceanográficas en el Pacifico y el Atlántico.
En Ecuador, la deforestación de debe a varios factores, entre ellos: la expansión de la minería ilegal, la actividad agropecuaria, la expansión de la infraestructura vial, los incendios forestales.
Este problema, según Ormaza, está jugando un papel decisivo. Sin embargo, el país ha estado avanzando en ese sentido. Proamazonía, en julio del 2024, informó que Ecuador tiene una reducción histórica de la tasa de deforestación de 48,6 % en las dos últimas décadas.
En conclusión, la disparidad climática entre Ecuador y sus vecinos Colombia y Perú es un claro ejemplo de cómo los fenómenos oceánicos como El Niño y La Niña pueden influir drásticamente en las condiciones meteorológicas regionales.
Mientras Ecuador enfrenta sequías severas debido a condiciones asociadas con La Niña, Colombia experimenta un exceso de lluvias que resulta en inundaciones significativas.