El recorrido por la Laguna Negra y las cascadas cercanas son parte de los atractivos turísticos que se pueden conocer en una caminata que se ofrece entre Carchi y Sucumbíos. Foto: Cortesía Glenda Rosero
Carchi busca frenar la expansión de la frontera agrícola y la reducción de la deforestación a través de emprendimientos turísticos y buenas prácticas en sistemas productivos o fincas integrales. La oferta incluye gastronomía típica, alojamientos ecológicos, nuevos sistemas de cultivos y conservación del ganado y paseos por los atractivos naturales, que están articulados en una red de proyectos locales.
Macarena Bustamante, coordinadora del componente 2 del proyecto Ecoandes, explica que el proceso se inició en diciembre del año pasado, con la creación del concurso Emprende Turismo, que fue organizado por la Prefectura del Carchi, el Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (Condesan) y el Ministerio del Ambiente (MAE).
Se presentaron 44 propuestas, se seleccionó a 33, y 19 de estos concluyeron con todo el proceso. En mayo se eligió a tres ganadores que recibirán el apoyo económico para mejorar sus proyectos.
El concurso se realizó con el objetivo de fortalecer los emprendimientos del Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUS) de la Cordillera Oriental del Carchi, para que sus pobladores tengan alternativas económicas que causen una menor huella ambiental.
Entre los criterios para elegir al ganador, se tomó en cuenta su vínculo con la conservación de la cordillera. Dante House, ubicado en el sector de Guananguicho, en San Pedro de Huac, se llevó el primer lugar en el concurso.
Andrés Endara, propietario del lugar, dice que este es un espacio para que las personas vuelvan al pasado y se conecten más con la naturaleza. En este sitio no hay luz eléctrica, solo opciones renovables. Quienes deseen energía deberán pedalear en una bicicleta instalada en la casa, que genera lo suficiente para que los visitantes puedan cargar sus celulares por un momento.
Se planea construir senderos en el terreno y se está pensando en crear actividades para que los niños aprendan más sobre la importancia de la conservación de la montaña. También promueven que las personas que ascienden al monte Mirador se encarguen de recoger todos los desechos que encuentren en la zona, para así mantener el ecosistema libre de basura.
Según Bustamante, lo más satisfactorio es que las iniciativas se unieron en una red que potenciará a todos. Maritza Revelo y Glenda Rosero tienen la tarea de juntar la oferta de los proyectos y crear circuitos turísticos en la zona. Ambas ganaron el tercer lugar con su operadora MingaTouring, y están en proceso de constituirse legalmente.
El segundo lugar se lo llevó la organización comunitaria Línea Roja, que van a utilizar el premio para fomentar la piscicultura. Oswaldo Benavides también participó con su Finca Agroturística El Encanto del Tío Barba, ubicada en el sector de El Carmelo.
En un inicio era conocido por su restaurante, pero ahora ofrece recorridos en su finca para demostrar que es posible tener cultivos sostenibles. Benavides cuenta que ha implementado a la manzanilla en su huerto para atraer a las arañas, para que estas a su vez se coman a los moscos y así no sea necesario el uso de químicos.
Según Benavides, también se ofrecen recorridos para que las personas conozcan la importancia de conservar árboles como los arrayanes, que se demoran mucho en crecer.