Es un espacio de más de 2 000 hectáreas de biodiversidad, que se dedicará a la conservación, co-manejo e investigación científica, indicó el Municipio de Tulcán en un comunicado.
La ordenanza contempla la corresponsabilidad ambiental y “la difusión de este espacio como uno de los íconos de conservación más importantes en nuestro país y Latinoamérica”.
Para este fin se hizo un convenio con la fundación Ecominga, entidad legal cuyo trabajo con cooperación internacional ha logrado despertar el interés de científicos y organizaciones afines.
Según el Cabildo tulcaneño, “gracias a esta labor, hoy el mundo conoce de nuevas especies de orquídeas, anfibios, mamíferos y roedores únicos. Estas especies han sido científicamente registradas como parte de la biodiversidad del planeta”.
Esta reserva privada, cuyo nombre se eligió en honor a la especie de orquídea Drácula, “se transforma así en una oportunidad para las generaciones futuras, pues allí se podrá conocer de las riquezas, fuentes de vida y ecología, ecuatorianas”.