Las ‘chivas’ estaban a la espera de que sus nuevos compañeros llegaran. Cerca de las 12:30 de ayer, los compañeros de octavo de básica empezaron a llegar como a una pasarela.
Unos solos, otros con sus madres, entraban por el gran portón negro del Colegio 24 de Mayo, en el norte de Quito. Adentro, cientos de alumnas ubicadas por grupos les tomaban fotografías y preguntaban sus nombres.
Gerardo García estaba nervioso. Es su primer año en un colegio que por tradición ha sido femenino. Este año, el Ministerio de Educación profundizó la coeducación para los planteles educativos públicos. Eso con el propósito, según la ministra Gloria Vidal, de que “los y las estudiantes tengan una formación integral e incluyente” desde la educación básica.
La frase surtió efecto ayer en ese plantel educativo. Isaac Valencia llegó con un terno azul, que durante todo el año lectivo será su uniforme de parada, acompañado de su madre. Se despidió de ella en la puerta, poco antes de que se iniciara la ceremonia de inauguración, que se realizó a las 13:30.
El joven posó junto a Jordi Enríquez para una de las fotografías con un grupo de cinco chicas. “Qué bonito, qué chiquito, él está lindo pero vino con la mamá”, eran los comentarios que se escuchaban alrededor.
Las autoridades del plantel organizaron el ingreso al primer día de clases en las aulas que también compartirán los muchachos. Para ellos, el uniforme se modificó. Usarán un pantalón azul y un saco del mismo color, pero en su bolsillo izquierdo lleva impreso el número 24.
La idea del Ministerio de Educación es que ingresen exclusivamente este año desde octavo de básica. “Eso nos permitirá tener un buen nivel de educación, conservar la calidad y que los chicos se adapten desde ese año al cambio”, refiere Felisa Torres, rectora del plantel.
La educadora informó que 219 alumnos varones entraron este año a ese colegio. En las pruebas de ingreso, ellos obtuvieron un promedio de 17,5 (el de las mujeres fue de 19,04).
Jorge Cazares, padre de uno de los nuevos alumnos que ingresaron al colegio, no le dio importancia a la nota obtenida por su hijo. “Aquí tiene que esforzarse, es un plantel tradicional y de trayectoria, por eso escogimos que estudiara aquí hasta el bachillerato”, decía mientras veía cómo su pequeño interactuaba con sus nuevas compañeras en la fila de formación.
Las autoridades del plantel les dieron la bienvenida a las alumnas y alumnos para el nuevo año lectivo. Además, les recordaron que las evaluaciones son quimestrales y que ahora debe evidenciarse su esfuerzo.