Francisco Rodríguez, Diana Mantilla y Ana Villacís observan el videojuego que enseña sobre el mal de chagas. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Con el motor de juego denominado Unique, Diana Mantilla desarrolló un juego de video para concientizar a las personas sobre el mal de chagas. Esta es un enfermedad causada por parásitos y se transmite por medio de insectos. El mal de chagas es una enfermedad aguda, donde la bacteria afecta a los tejidos de los diferentes órganos produciendo dilataciones.
Las secciones del cuerpo más afectadas son el intestino, esófago y el corazón, lo que puede derivar en una insuficiencia cardiaca.
Según Francisco Rodríguez Clavijo, catedrático de Ingeniería de Sistemas, personas de todas las edades pueden interactuar con este juego. Según el catedrático, los niños, sobre todo, pueden aprender sobre el mal de chagas mientras juegan.
Rodríguez espera que este programa pueda llegar a las instituciones educativas donde hay riesgos de que se propague esta enfermedad.
Ana Villacís, bióloga de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, desea que el juego se convertirá en una herramienta de prevención.
La especialista precisa que hay 16 especies de estos insectos en Ecuador y se distribuyen en 18 de las 24 provincias del país. “Donde hay estos insectos, la probabilidad de que exista el mal de chagas es bastante alta”, señala.
Este juego virtual será probado en dos comunidades rurales de la provincia de Manabí para analizar el impacto de esta herramienta digital.
Tanto Rodríguez como Villacís buscan que, con el apoyo del Ministerio de Salud y Educación, se pueda entregar este programa en las escuelas rurales de las provincias más afectadas con esta enfermedad.
Diana Mantilla, alumna de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, explica que antes de crear esta herramienta informática no conocía nada sobre los videojuegos. Tuvo que capacitarse desde cero.
La estudiante, quien diseñó este juego para graduarse de la universidad, explica que el programa tiene cuatro niveles y dura cerca de 10 minutos. Según señala, el entorno está ambientado en la provincia de Manabí, para quienes está dirigido. Esta joven quiteña sostiene que tardó cerca de dos meses en diseñarlo.