El altruismo, cima de la empatía

Karla Morales, en el recibidor del edificio de su oficina. Un tuit suyo el 16 de abril del 2016 propició una avalancha de donaciones a favor de damnificados del terremoto en Manabí. Foto: Enrique Pesantes / El Comercio

Karla Morales, en el recibidor del edificio de su oficina. Un tuit suyo el 16 de abril del 2016 propició una avalancha de donaciones a favor de damnificados del terremoto en Manabí. Foto: Enrique Pesantes / El Comercio

Karla Morales, en el recibidor del edificio de su oficina. Un tuit suyo el 16 de abril del 2016 propició una avalancha de donaciones a favor de damnificados del terremoto en Manabí. Foto: Enrique Pesantes / El Comercio

El nombre de Karla Morales Rosales está vinculado a la expresión de solidaridad del pueblo guayaquileño tras la tragedia del terremoto que golpeó a Manabí y Esmeraldas en 2016. La abogada y activista lideró desde su casa una iniciativa de acopio y distribución de toneladas de donaciones. La fundación que lleva su nombre sigue vinculada con programas de becas estudiantiles y emprendimiento económico sostenible para madres cabeza de hogar en Manabí, extendidos a otras provincias de la Costa y de la Amazonía.

¿Cómo entiende usted lo que es el altruismo?

Se trata de tener un nivel super alto de empatía, solidaridad y vocación por el servicio, acciones en procura de mejorar la calidad de vida de otros a partir de lo que está a tu alcance. Y está relacionado con entender al servicio como un ‘call to action’ (una llamada a la acción) y una vocación permanente, más que como una iniciativa que aparece en ciertas fechas especiales.

¿Por qué cree que estos valores florecen en épocas como diciembre?

Me parece que es parte de la sensibilidad que se genera en todos en fechas especiales para la humanidad, como la celebración de la Navidad. Son momentos en los que te reconectas y sirven como un cable a tierra con tu lado más humano. Me encantaría que fuera un espíritu que se sostenga a través del año. No veo mal que se active en diciembre, lo que veo mal es cuando lo haces sin corazón, como estrategia, porque la idea es hacer el bien sin llevar la cuenta. Cuando lo planificas porque es un punto en tu agenda para conseguir un cargo, un aplauso o réditos de la tribuna, pierde su sentido.

¿Está explosión de solidaridad tendrá que ver con un cierto remordimiento?

A mí no me gusta mucho la palabra devolver, porque implica que algo quitaste. Para mí tiene que ver más con hacer lo pendiente, con que a lo mejor el resto de los meses del año, mis prioridades eran otras y al final me di cuenta de este tema, que es el de ayudar, extender la mano, dar un regalo, generar sonrisas en alguien.

¿Qué implica ser una persona altruista?

El altruismo es hacer el bien sin ningún interés de por medio, sin llevar la cuenta y sin escoger a quién. Se expresa a través del desprendimiento y del hecho de hacer algo porque es lo correcto. Y también puede ser un oficio con el que puedes servir a un nivel mayor, que implica remunerar a un equipo de trabajo y hacer sostenibles los proyectos. La idea tampoco es convertirse en un sueño parasitario, que siempre estés dependiendo, pidiendo, etcétera, sino garantizar sostenibilidad.

¿En qué términos se relaciona con lo sostenible?

La idea es que en vez de dar el pescado -y hay momentos en que debemos ofrecerlo-, ayudes a pescar. Enseñar a crear un huerto urbano, a construir las paredes de tu casa... Parte del altruismo es tu compromiso con educar a la gente en reconocer sus talentos, capacidades y saberse autosuficientes. El problema también es encontrar la apertura de la comunidad beneficiaria porque vivimos en un país, y en una región, de la cultura del bono. Y el bono es un regalo. Si vengo de una historia política en la que los pobres te convienen tanto que los multiplicas a punta de bonos, estás creando una ciudadanía que no se sabe valer por sí misma, le terminas haciendo un daño.

¿Hablamos de altruismo como un comportamiento opuesto al egoísmo?

Por supuesto, estamos hablando de desprendimientos, de renuncias, de sacrificios, de saber que tienes que compartir, no que tienes que dar lo que te sobra. Saberte feliz en la felicidad de otros. Si te reconoces feliz en la sonrisa de otros no puedes ser egoísta, entonces sí son antónimos, por decirlo así.

¿Cómo entender la idea del sacrificio dentro de lo que es el altruismo?

La idea no es sacrificarse en el sentido de que me muero de hambre yo para que comas tú, es que donde como yo, comes tú. Esto es como en el avión, no te puedo poner la máscara de oxigeno a ti, si no me la he puesto yo primero. No se trata de morir en el camino de salvarte. Se trata de procurar una calidad de vida para ambos.

¿La imagen del sacrificio religioso puede provocar distorsión de lo que consideramos altruista?

Si lo quieres ver como un valor, creo que el altruismo como característica trasciende una investidura, un oficio o una capacidad económica. No se trata de que sean altruistas los millonarios, que pueden serlo, o no se trata de que eres altruista porque eres monja, cura o maestro. No eres altruista porque tienes claro tu compromiso con el bienestar de la humanidad y de tu entorno.

¿Qué decir de quienes condicionan la solidaridad en función de la persona a quien se ayuda?

Es egoísta. El ser selectivo para hacer el bien al prójimo es totalmente opuesto a los principios del altruismo; aunque ello no significa que no debas preocuparte por el destino de las cosas que entregas. Ese prójimo puede ser afro, blanco, drogadicto, hombre, mujer, niña. Ser selectivo es calmar la conciencia, en ese caso deberías comenzar por ayudarte a ti mismo y luego ir limpio a ayudar a los demás.

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