Las algas disminuyen la polución

Cuatro investigadores ecuatorianos desarrollaron un dispositivo que utiliza a estos organismos para absorber el CO2 del aire. Foto: cortesía.

Cuatro investigadores ecuatorianos desarrollaron un dispositivo que utiliza a estos organismos para absorber el CO2 del aire. Foto: cortesía.

Cuatro investigadores ecuatorianos desarrollaron un dispositivo que utiliza a estos organismos para absorber el CO2 del aire. Foto: cortesía.

Las algas se han convertido en las nuevas aliadas de la lucha contra la contaminación atmosférica. Una iniciativa, impulsada por cuatro jóvenes ecuatorianos, busca que estos organismos ayuden a absorber la polución del aire.

Para esto, crearon unos filtros biológicos, que están rellenos con microalgas y con los nutrientes adecuados para que estas puedan sobrevivir. Los dispositivos pueden colocarse tanto en sitios cerrados como abiertos, que estén expuestos a la contaminación. En ciudades como Quito, pueden aliviar los daños causados por las emisiones de los vehículos.

Roque Rivas, fundador del proyecto, explica que la idea surgió cuando estaba participando en un trabajo de investigación en la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe). Durante esa época, Rivas se dedicó a investigar a los organismos que crecen en ambientes extremos, sobre todo en las aguas termales.

Allí, logró identificar ciertas microalgas que se desarrollaban bajo estas condiciones y se le ocurrió la idea de que podrían tener otra utilidad. Rivas empezó a estudiar los posibles usos de estas algas, en qué medios de cultivos podrían crecer y los nutrientes necesarios para su desarrollo adecuado.

Así, tras un año de investigaciones, nació Anuka. Esta iniciativa está conformada por Rivas, Queenny López, Gabriela Samaniego y Emily Onofre. En base a las investigaciones de Rivas sobre las algas, el equipo desarrolló un dispositivo para reducir la contaminación atmosférica. Con esta idea participaron en el Reto de Emprendimiento Urbano 2017 y ganaron un capital semilla para empezar a desarrollarla.

El equipo creó unas torres que en su interior contienen un cultivo de microalgas. El aire contaminado se bombea y se distribuye en el dispositivo. Rivas explica que los organismos, ubicados en las torres, capturan el dióxido de carbono (CO2) que está en el aire y lo transforman en oxígeno. Este proceso es conocido como fotosíntesis. Según los investigadores, las algas tienen el potencial de absorber hasta 100 veces más CO2 que los árboles.

Emily Onofre, cofundadora de Anuka, dice que una de las ventajas de sus dispositivos es que no ocupan tanto espacio y, a diferencia de las plantas, no necesitan tierra para sobrevivir. Otro aspecto positivo, cuenta, es que utilizan solo algas autóctonas, que son aptas para vivir en ambientes extremos como el de las ciudades.

Onofre cuenta que en un inicio tenían pensado adaptar un dispositivo fijo en el tubo de escape de los vehículos. La idea era colocar un filtro con microalgas en los automotores para que el CO2 que estos producen se convierta en oxígeno.

Esta propuesta no resultó viable, ya que era más costosa. Además, era más difícil crear los medios para que las algas puedan desarrollarse y vivir en este espacio. Por eso, dice Onofre, decidieron realizar estas torres que pueden colocarse en cualquier punto de la ciudad, donde se busque obtener un mejor aire.

El equipo va a instalar el primer filtro en un lugar privado. Allí evaluarán su funcionalidad para continuar mejorándolo. También están analizando la idea de crear dispositivos más pequeños para ponerlos en el interior de una casa o en otros sitios donde no haya una contaminación muy alta.

Las torres pueden ser instaladas en centros comerciales, universidades, edificios, construcciones o industrias que generen polución. También se puede apadrinar su construcción o auspiciar la colocación de los filtros biológicos en distintos puntos críticos.

Rivas explica que las microalgas pueden permanecer varios años en el filtro si se les brinda los cuidados adecuados. Lo importante es exponerlas a una cantidad adecuada de luz y proveerles los nutrientes necesarios para su desarrollo como: nitrógeno, fósforo, magnesio y calcio.

Este proyecto ha ganado algunos reconocimientos. Anuka fue considerado como uno de los 500 mejores proyectos socioambientales de los Premios Latinoamérica Verde 2018 y fue parte de la categoría de los 100 líderes en biotecnología de latinoamérica Allbiotech 2018 en México.

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