El grupo actual de Jolgorio Internacional está conformado por 30 integrantes. Fotos: Marcel Bonilla y Archivo/ EL COMERCIO.
Diez generaciones han pasado por la escuela de la agrupación cultural Jolgorio Internacional, dirigida por el maestro Santiago Mosquera. Él ha dedicado 50 años de su vida a la difusión de la cultura del pueblo afroesmeraldeño.
El miércoles 24 de octubre del 2018 se cumplieron 49 años de creación de este grupo. Para los festejos de las ‘bodas de oro’ se alista un programa.
Jolgorio se creó un 24 de octubre de 1969, bajo la iniciativa de Manuel Martínez Bastidas, un colombiano que llegó a Esmeraldas para terminar sus estudios en el colegio Normal Luis Vargas Torres.
En ese entonces, Mosquera convocó a una ‘merienda de negros’ en el barrio Caliente y bautizó a un grupo de bailarines y músicos que se formó como Jolgorio. La razón: la bulla que se formó en aquella noche mientras cenaban.
Desde ese año, Jolgorio empezó su periplo cultural por el país y compartió la música y danza ancestral con las nuevas generaciones. También se han caracterizado por el canto tradicional afroesmeraldeño.
“Hablar de la marimba es como hablar de mi segunda madre”, dijo Mosquera, director de esta agrupación y quien aprendió el baile folclórico de Manuel Bastidas, con quien formó el grupo.
Por Jolgorio han pasado decenas de personas en calidad de artistas y cantantes. La única que se mantiene desde su creación hasta ahora es Rosa Wila, quien ha viajado con su grupo insignia cantando sus arrullos y chigualos.
Mosquera y Wila han creado una poderosa fusión. Él se ha encargado de escribir las letras de las canciones, mientras que ella ha puesto la música y aportado con la interpretación con su profunda voz. “De mis casi 50 años yo he estado 30 con Jolgorio, al que acompaño con mi agrupación de arrullo La Voz del Niño Dios”, comentó Wila.
Mosquera se inspiró en la mitología esmeraldeña y en los santos, para sus canciones. Siempre se ha considerado un hombre muy católico. Ha compuesto cerca de 30 temas, con los que ha ganado premios por el contenido de sus letras en festivales internacionales de música tradicional.
Algunas de esas melodías reconocidas son La Tunda y El Diablo, La Cuca y la Muerte, Brujería y Esoterismo, Estampa de Mi Tierra, Con cachimba y Juan del Monte conversaban mis abuelos, entre otras.
Mosquera proviene de una vena de artistas ancestrales como Remberto Escobar, su tío, de quien tomó su legado para continuar con la marimba.
A esa herencia se sumó su propia investigación sobre la vida de sus abuelos, su entorno, relatos, creencias y el origen de sus leyendas.
Por eso, las presentaciones del grupo -como coreografías y canciones- se han basado en esas investigaciones o de narraciones de historias del campo.
Por la agrupación han pasado personajes como las hermanas Campaz: Zoraida Esmeraldas y Gime. Ellas han dejado en alto la música tradicional y el canto en Guayaquil, en donde se radicaron.
También se han destacado Érica Mideros, Ladys Rivera, Jacqueline Coime y Adison Güisamano, actuales directores de agrupaciones dedicadas a la música ancestral.
“Oigo rumores que critican nuestra marimba, pero ¿qué culpa tenemos nosotros de haber nacido en una tierra llena del folclor? Nosotros somos esmeraldeños y defendemos nuestro instrumento como es la marimba, patrimonio inmaterial de la humanidad”, señaló Mosquera.
El presidente de la Casa de la Cultura de Esmeraldas, Yurqui Minota, reconoció el trabajo de artistas, por ser la agrupación de marimba más emblemática de Esmeraldas y que después de casi 50 años se han mantenido con sus presentaciones.