Estudio respalda las nuevas guías para el uso de fármacos que bajan el colesterol y sugiere tratar con ellas a entre el 48% y el 67% de las personas de 40 a 75 años para reducir los infartos. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Nadie discute que adoptar estilos de vida saludables, como tener una dieta equilibrada y realizar actividad física en forma regular, son la mejor manera de cuidar la calidad de vida y evitar las enfermedades.
Pero hoy, la medicina también cuenta con medicamentos que son un gran aporte a la salud de la población. Entre estos se cuentan las estatinas, fármacos que reducen los niveles de colesterol y protegen a quienes las toman de sufrir infartos cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Ahora, un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard encontró que es conveniente tratar a entre el 48% y el 67% de los adultos, de 40 a 75 años, con estatinas para mejorar su salud cardiovascular. Al expandir la indicación de estos medicamentos, se podrían evitar en EE.UU. unos 161 000 eventos cardiovasculares adicionales al año.
Según los investigadores, los beneficios en salud para las personas, y de ahorro de dinero para el sistema de salud, superan con creces los efectos secundarios que podrían tener estos fármacos, como más riesgo de diabetes o de dolores musculares.
Realidad chilena
“Si aplicamos las guías de Estados Unidos, tenemos que se sobreestima el riesgo cardiovascular de los chilenos”, dice la doctora Sonia Kunstmann, cardióloga de Clínica Las Condes. Por eso, el país validó sus propias tablas de riesgo para indicar tratamientos a los pacientes.
Las estatinas no solo reducen el colesterol, según explica la especialista, sino que también tienen un efecto antiinflamatorio que estabiliza la placa de colesterol en la pared de las arterias. Esto impide que se rompan y da una protección adicional en contra de los infartos.
Además, estos medicamentos tienen pocos efectos colaterales, que afectan a un 2% a 3% de quienes los consumen a diario. Pero “los beneficios que tienen superan mucho estos posibles efectos”, aclara la doctora Kunstmann.
Cuando este tratamiento se limita a quienes tienen un alto riesgo cardíaco, los infartos que se evitan son menos que si se dan estatinas a quienes tienen un riesgo moderado y bajo, explica el doctor Mauricio Fernández, cardiólogo de Clínica Alemana. “Esta es una medida de salud pública que busca disminuir el gasto en salud, asociado a estos eventos cardiovasculares”, agrega.
La doctora Kunstmann recalca que el límite que se pone para tratar o no a una persona es una decisión importante. Esto, porque la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en Chile y a escala global.
Incluso un paciente puede tener bajo riesgo, pero si tiene algún antecedente familiar o su corazón es un poco más grueso, podría beneficiarse con estos medicamentos. “Eso lo debe decidir él con su médico”, dice Kunstmann.