Una persona sana debe llevar una dieta completa. Según la nutricionista Cecilia Riofrío, “para tener una buena salud necesitamos todos los grupos de alimentos que son las grasas, las proteínas, los carbohidratos, las frutas y las verduras”. Pero conforme avanzan los años es normal que se presenten distintos problemas de salud, lo que puede obligar a modificar ciertos hábitos dependiendo de las afecciones de cada paciente.
Según el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, los adultos mayores deben “consumir tres veces en el día productos lácteos como leche, yogur, quesillo o queso fresco, de preferencia semidescremados o descremados”.
El Instituto recomienda también incorporar a la dieta diaria al menos “dos platos de verduras y tres frutas de distintos colores”, mientras que los granos como los porotos, garbanzos, lentejas o arvejas deben consumirse mínimo dos veces a la semana. Estos productos reemplazan a la carne.
La publicación sugiere consumir al menos dos veces a la semana carnes blancas como el pescado o el pollo, sin embargo la preparación debe ser únicamente al horno, al vapor o a la plancha.
De manera general, el INTA aconseja evitar los alimentos que contengan grasas saturadas, disminuir el consumo de sal y azúcar, y tomar entre seis y ocho vasos de agua al día.
Una mala alimentación puede ocasionar otros problemas de salud. “La deficiencia vitamínica puede afectar la memoria y se asocia también a otras deficiencias cognitivas”, sostiene un estudio publicado por la Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Redalyc). Este artículo recomienda implementar en la dieta un suministro constante de nutrientes, lo que “conduce a un funcionamiento eficaz del sistema nervioso central, en el que las vitaminas del grupo B juegan un papel importante”.
Un informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica los porcentajes de grasas, carbohidratos y proteínas que una persona debe consumir.
El documento indica que “las grasas deberían representar entre el 15% y el 30% de la ingesta energética diaria total”, mientras que las grasas saturadas no deben superar el 10% de ese total. También se indica que los carbohidratos tienen que estar entre el 55% y 75%, y los azúcares refinados simples deben permanecer en el 10%. Finalmente, las proteínas tienen que aportar entre el 10% y 15% de las calorías.