Activistas defienden conservación de Parque Nacional de Coiba en Panamá
El Parque Nacional de Coiba fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2005. Foto: EFE
Un grupo de activistas se manifestó hoy (19 de septiembre del 2018) en defensa de la conservación del Parque Nacional de Coiba, ubicado en el Pacífico panameño, y denunciaron que un plan de uso aprobado por el Gobierno para esa área protegida está poniendo en peligro su existencia.
Los manifestantes, que se concentraron en las inmediaciones de la Presidencia panameña en el Casco Antiguo de la capital, exigieron que se suspendan las obras de rehabilitación de una pista de aterrizaje en el parque, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2005, y que se someta a revisión el plan de uso.
A la 'Concentración por el ambiente y la vida digna' asistieron ambientalistas, estudiantes, profesionales y abogados, quienes con pancartas y consignas expresaban un "Sí a Coiba al natural, No a la destrucción de Coiba X $" y "Los pueblos dicen: "¡No aeropuerto No Hoteles en Coiba!".
Los activistas señalaron al ministro panameño de Ambiente, Emilio Sempris, como "responsable directo" de las acciones que atentan contra esta "joya" del Pacífico panameño y Patrimonio de la Humanidad.
Sempris recibió en la Presidencia panameña a una delegación de diez de los manifestantes, a quienes atendió y escuchó cada uno de sus planteamientos, señaló una fuente oficial.
Donaldo Sousa, presidente de la Asociación de Derecho Ambiental, dijo que la idea de la concentración era hacer entrega de un pliego al presidente panameño, Juan Carlos Varela, entre cuyos puntos destaca "el daño que se está haciendo a Coiba y a las áreas protegidas", por lo cual, indicó, "se pide la destitución inmediata del Ministro de Ambiente".
En Coiba, aseguró Sousa, "ya se sabe que se han hecho actividades sin estudio de impacto ambiental o con estudios de impacto ambiental de una categoría inferior".
"Todo ello es ilícito, y todo se hizo porque el presidente de la República le dio una orden al ministro de la Presidencia y después le dio una orden al ministro de Ambiente para que hiciera estos proyectos", afirmó Sousa.
Efraín Camarena, guía turístico y miembro del Comité Prodefensa del Parque Nacional de Coiba, afirmó en un improvisado mitin que "en nuestra tacita de oro, la isla de Coiba, hay un negociado, hay concesiones, hay construcciones", las cuales, expresó, no se sabe a quién benefician.
Camarena alertó que por estas construcciones "ya los monos no existen en Coiba porque se están adentrando a la montaña".
Aún así, Camarena, de la comunidad de Santa Catalina, ubicada en costa Pacífica de la provincia central de Veraguas, dijo, que no se oponen a la modernización, sino que "queremos, pedimos y solicitamos que todo sea apegado a la Ley, y que haya consulta con nosotros que somos los afectados".
En enero pasado, Sempris informó que el Consejo Directivo del Parque Nacional Coiba adoptó una propuesta de plan de uso público que incluye actividades ecoturísticas, científicas y de desarrollo sostenible.
El Consejo Directivo del Parque Nacional Coiba está conformado por los ministerios del Ambiente y el de Seguridad, Autoridad de Turismo, Autoridad de Recursos Acuáticos, Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, Universidad de Panamá, la Cámara de Comercio de la provincia central de Veraguas, alcaldías, y los sectores pesquero artesanal, deportivo, industrial y exportador.
El pasado 27 de junio el Ministerio del Ambiente aprobó el estudio de impacto ambiental categoría 1 para la rehabilitación y mantenimiento de la pista de aterrizaje en Coiba, lo que generó críticas no solo por la velocidad del proceso -el estudio fue entregado un día antes- si no también por la calidad y fiabilidad de la información, según científicos locales.
El Parque Nacional Coiba está ubicado a casi 400 kilómetros al oeste de la capital panameña y es un importante atractivo turístico del país.
Tiene una extensión de más de 270 000 hectáreas, de las cuales 216 000 son marinas, y su isla más grande es Coiba, que mide cerca de 500 kilómetros cuadrados y alberga una biodiversidad única en el mundo.