Los cuerpos ‘ideales’ llaman la atención de jóvenes culturistas en el país y en el mundo entero. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Aun mes de la muerte del fisicoculturista Mateus Ferraz, un deportista brasileño de 23 años, aún se debate sobre la causa de su fallecimiento: el consumo excesivo de esteroides anabólicos y suplementos deportivos, utilizados básicamente para incrementar masa muscular y quemar grasa.
Según declaraciones del médico que atendió el deceso, difundidas en medios de comunicación internacionales, Ferraz falleció por el abuso de esteroides anabólicos, que son moléculas sintéticas creadas en laboratorio para imitar la función de la testosterona.
Diego de Mora, endocrinólogo ecuatoriano, cuenta que esa hormona artificial apareció con fines médicos para desarrollar musculatura y caracteres sexuales. “Por esa razón se la debe consumir bajo vigilancia médica”, señaló.
Ricardo Garcés, también endocrinólogo, coincidió con su colega, pero reconoció que hombres y mujeres consiguen el producto sin prescripción con el único objetivo de incrementar masa muscular. “Lo hacen sin tomar en cuenta el peligro que corren”.
Según una reseña publicada en marzo pasado por la National Institute on Drug Abuse, de Estados Unidos, las personas que abusan de los esteroides anabólicos usualmente los toman vía oral o se los inyectan en el músculo. “Las dos pueden ser de 10 a 100 veces más altas que las dosis prescritas para tratar las condiciones netamente médicas”.
De acuerdo con De Mora, la automedicación puede ocasionar, entre otras reacciones, atrofia testicular, disminución de espermatozoides, ginecomastia (crecimiento de las mamas), cáncer hepático y problemas cardíacos. Adicionalmente, las mujeres pueden experimentar calvicie, acné, crecimiento del vello facial y también del clítoris.
Garcés añadió que conseguir esas sustancias es sencillo, pues hay decenas de sitios web que las ofertan. En el banner de presentación de una de estas páginas, por ejemplo, se lee: “Esteroides y anabólicos de las mejores marcas. Ciclos para fuerza, aumento o definición y rayado”. Más abajo aparece una foto con los productos y las cantidades recomendadas.
Este Diario se contactó con la web y comprobó la facilidad que existe para adquirir esas sustancias sin prescripción médica. Por USD 195 un proveedor ofreció un paquete que incluye tres productos, entre ellos, boldenona, un anabólico utilizado en ovejas, caballos, cerdos y otros animales.
Jovany Ávila, exfisicoculturista, cuenta que también hay entrenadores que proporcionan esas sustancias. “Se trata de una red bastante grande que con frecuencia busca a deportistas jóvenes”.
Ávila, precisamente, fue presa de esos comerciantes clandestinos cuando tenía 18 años. ¿El resultado? Padeció de insomnio.
Pablo Caicedo, otro usuario, registró alteraciones en su estado de ánimo y también en su desempeño físico.
Proteína
El exceso de estas biomoléculas afecta, sobre todo, al hígado. Se producen cálculos.
Quemador de grasa
El abuso de este producto podría generar aceleración del ritmo cardíaco del usuario.