El español Aaron Navia se pone escarcha en la barba para convertirse en ‘chico dorado’. Tras su paso por la serie ‘Los hijos de don Juan’ sigue de gringo en la mini webserie ‘Gringo descubre Ecuador’. Foto: Jofre Flores / EL COMERCIO
El actor español Aaron Navia considera una ‘tremenda contradicción’ el hecho de que el primer papel que le tocó interpretar en la televisión ecuatoriana haya sido un joven estadounidense, un gringo de la serie cómica ‘Los hijos de don Juan’, de TC, algo que no hubiera funcionado en su natal España o en Argentina, donde también vivió.
Más aún que el público haya comenzado a saludarlo en inglés en la calle creyéndolo de verdad un gringo, a él que proviene de Galicia (España), y cuya primera lengua fue el gallego (emparentado con el portugués).
Una vez concluida la serie, Navia decidió llevar al personaje un paso más allá con la mini webserie ‘Gringo descubre Ecuador’, una parodia de pequeños clips de video con palabras y situaciones del Ecuador que resultan cómicas, curiosas e incluso contradictorias a los ojos de los extranjeros.
En los videos de humor sobre sus aprendizajes culturales, Navia aborda con acento gringo el concepto de ‘chuchaqui moral’ o de ‘lanzar los perros’ en una entrega sobre sexualidad o en un capítulo sobre gastronomía explica la diferencia entre verde, banano, orito, guineo o colorado.
“El objetivo es la autoparodia y la autopromoción”, dice el actor de 33 años, que reside hace año y medio en Guayaquil. “El humor que uso es totalmente absurdo, tiene que ver con los lenguajes de Internet y de las redes sociales, y conecta mucho con un público mucho más joven que yo, el tipo de gente con la que me siento más cómodo trabajando”.
En sociedad y economía apunta la contradicción de expresiones como ‘una man o dos manes’ o ‘un dólar, 20 dólar’, trata de explicar desde lo visual y la reiteración de la pronunciación lo que significan palabras como chiro o ñañita –casi imposible de pronunciar para un gringo– o expresiones como ‘lámpara’ o ‘dáme trayendo’.
“El humor sucede en realidad en la cabeza del espectador que se imagina lo que puede estar pensando este gringo en ese momento”, explica.
El actor comparte un ‘sketchs’ semanal de cerca de un minuto de duración en su cuenta de Instagram y en Facebook, en ‘La fanpage de Aarón Navia’.
“Desarrollamos el perfil de gringo hasta la parodia y de ahí le damos a la gente motivos para conocerme un poco más”, dice Navia, quien además es publicista, ha trabajado en el Microteatro Guayaquil e interpretó un papel en la adaptación de la obra clásica ‘Romeo y Julieta’, del Teatro Sánchez Aguilar, a mediados del año pasado.
Más allá de las parodias, el español dice que ha incorporado conceptos ecuatorianos a su vocabulario y su concepción del mundo.
Él conocía la resaca física, pero nunca el concepto del ‘chuchaqui moral’ que en el video respectivo grafica con su cuerpo entre otros cuerpos sudorosos en una cama: el reposo después de una orgía.
“Tiene mucho sentido (lo del ‘chuchaqui moral’), de pronto te faltan palabras y las incorporas a tu vida, es enriquecedor del encuentro cultural. Aunque en un primer momento es gracioso y sorprendente, luego lo usas y ya no puedes volver atrás”.