La película ‘Big Hero 6’ narra la relación entre Hiro, un prodigioso inventor de 14 años, y Baymax, un robot médico inflable producto de las investigaciones de su hermano mayor. Foto: Captura
Investigación, aventura y robótica son los elementos que usan los directores Don Hall y Chris Williams para la película de Disney ‘6 grandes héroes’.
La versión animada sigue a Hiro Hamada, un prodigio en la tecnología. A su corta edad no usa su inteligencia de manera productiva. Su hermano Tadashi lo involucrará con la Universidad de Tecnología de San Fransokyo, de la que él es parte. Hiro se relacionará con el robot Baymax, junto a él y un grupo de ‘geeks’ del centro de estudios formarán un sexteto de superhéroes para salvar la ciudad.
El concepto de que lo ‘geek’ es ‘cool’ -que viene construyendo Marvel– continúa en esta historia que tuvo su primera aparición en 1998 como cómic. Ahora los expertos en tecnología son universitarios con sueños de cambiar el mundo.
Uno de estos sueños se plasma en Baymax, un robot cuyas funciones se basan en ser asistente médico. Baymax se robará la pantalla de forma sutil. Su hablar pausado, su inocencia, su gran tamaño y su textura de vinil hacen que grandes y chicos quieran abrazarlo.
Si bien la cinta infantil apela a la amistad, plantea una estructura futurista que cuestiona la relación entre humanos e inteligencia artificial. Ingeniosamente la trama debate hasta qué punto puede un humano controlar la tecnología y cómo esta puede ser tergiversada; asimismo, cuestiona cómo puede superar sus propias funciones.
En este sentido, Baymax y Hiro entablan una amistad infantil como cualquier otra. Recuerda un poco al ‘Hombre Bicentenario’ y su vínculo con la pequeña Amanda Martin, en la película de 1999.
La cinta animada es una apuesta para buscar expertos en tecnología, casi como una cuña para involucrar a los niños en estas áreas. Para ello aparecen los miembros del escuadrón.
Wasabi es un meticuloso conocedor del láser; Go Go Tomago, la rebelde que trabaja con la suspensión electromagnética; Honey Lemon, una alegre ingeniera química; y Fred, el ‘hippie’ que desafía a la ciencia.
Todo esto se desarrolla en una ciudad cuyo nombre, de por sí, es ya una fusión. San Fransokyo esboza una metrópolis amigable, recordando tanto los teleféricos que recorren las colinas de San Francisco como las edificaciones de Tokyo.
Con ello se traza un paralelismo con el personaje principal: de ascendencia japonesa, adaptado a la cultura estadounidense.
El viaje de estos amigos se reflejará en una aventura plagada de risas e innovaciones tecnológicas que todos desearían tener en casa.