Eduardo Galeano durante la primera edición de los Premios Internacionales de la Fundación Mario Benedetti en derechos humanos, en 2014. Foto: AFP.
Citar frases de Eduardo Galeano no es difícil, si se toma en cuenta su generosa producción literaria; sin embargo, la selección de estas puede resultar complicada. En cientos de relatos cortos el uruguayo describió al detalle la biografía de América Latina, pero también hizo una revisión exhaustiva a la historia mundial desde la anécdota.
Su obra más conocida es ‘Las venas Abiertas de América Latina’, un libro que analiza política y económicamente la explotación de los territorios latinoamericanos. Pero sus reflexione se extendieron a temas como el amor, la amistad, la memoria y el fútbol. Aquí una recopilación de algunas de sus célebres frases.
Ecuador:
“En el Ecuador, los verdugos llaman verdugos a sus víctimas: -¡Indios verdugos!- les gritan”.
“Mientras tanto, otro arte florece en los mercados indios y en los suburbios populares del Ecuador. Es la despreciada tarea de manos capaces de transformar en hermosura el barro y la madera y la paja, la pluma del pájaro y la cosecha de mar y la miga de pan. Ese arte se llama, como pidiendo disculpas, artesanía“.
“La noche del 9 de agosto de 1809, los hombres pasaron horas y horas discutiendo, que sí, que no, que quién sabe, y no se decidían a proclamar de una buena vez la independencia de Ecuador. Y una vez más estaban postergando el asunto para mejor ocasión cuando Manuela los encaró y les gritó cobardes, miedosos, nacidos para la servidumbre. Y al amanecer del día de hoy, se abrió la puerta del nuevo tiempo”.
Video: Youtube /ElMuerto
Política y Economía:
“No sería capaz de leer Las venas abiertas… de nuevo. Esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima“.
“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.
“La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas”.
Video: Youtube/Tranquilotv
Fútbol:
“Los niños no tienen la finalidad de la victoria, quieren apenas divertirse. Por eso, cuando surgen excepciones, como Messi y Neymar, son, entonces ellos para mí unos verdaderos milagros”.
“Yo soy de los que creen que el fútbol puede ser eso (negocio), pero también mucho más que eso, como fiesta de los ojos que lo miran y como alegría del cuerpo que lo juega”.
“En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”.
Amor y amistad:
“Pequeña muerte llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace”.
“No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta”.
“-Llave por llave- me dice Mario Benedetti. Y me cuenta que cuando vivía en Buenos Aires, en los tiempos de terror, él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero: cinco llaves, de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron”.
Video: Youtube/Sinaloa lee.
Muerte:
“El Chinolope había logrado fotografiar la muerte. La muerte estaba allí: no en el muerto ni en el matador. La muerte estaba en lacara del barbero que la vio”.
“Ni diez personas iban a los últimos recitales del poeta Blas de Otero. Pero cuando Blas de Otero murió, muchos de miles de personas acudieron al homenaje fúnebre que se le hizo en una plaza de toros en Madrid. Él no se enteró”.
“Los indios shuar estaban llorando a una abuela moribunda. Lloraban sentados, a la orilla de su agonía. Un testigo venido de otro mundo preguntó: -¿Por qué lloran delante de ella si todavía está viva? – Y contestaron los que lloraban: -Para que sepa que la queremos”.