Delia María Ante, tiene 10 hijos. Trabaja desde hace 14 años como madre comunitaria en su natal Sigchos, a dos horas de recorrido de Latacunga. Es la encargada de cuidar a los 25 niños que acuden a diario al Centro de Desarrollo Infantil (CDI) del estado, que funciona en esa zona de Cotopaxi.
Recibe USD 170 por su labor, pero asegura que ese monto es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de sus hijos. “De todas formas sigo en eso porque es el único ingreso que tengo”.
Ella llegó ayer a Quito para participar en un encuentro nacional de madres comunitarias. Unas 10 000 mujeres se dieron cita y se reunieron en Cemexpo (Autopista Manuel Córdova)
El acto fue organizado por el Instituto de la Niñez y la Familia (INFA) y el Ministerio de Inclusión Económica y social (MIES)
El objetivo fue que las madres comunitarias intercambien las experiencias y conocimientos.
Ellas recibieron una capacitación por más de tres meses en las escuelas de formación , conocidas como Tejiendo el buen vivir.
Así se retroalimentarian para mejorar el servicio que prestan los CDI de sus comunidades, en especial en las áreas rurales que son las que menos espacios de cuidado infantil tienen.
María Ante reconoció que tuvo dificultades para poder hablar sobre su trabajo con el resto de madres. Dijo que en las capacitaciones previas no comprendió todos los contenidos porque aún no sabe leer ni escribir.
“Solo me dijeron que debía asistir y luego venir a decir qué tal me fue en Quito”.
Para facilitar el diálogo se pidió a las participantes que cuenten sus experiencias a través de la elaboración de maquetas.
Ante explicó, a través de dibujos, su rutina de trabajo. Ella recibe cada día a los niños por las mañanas, juega con ellos y a la hora del almuerzo se asegura que todos coman su arroz de cebada.