Aparte de Andrea Terán (bióloga de 24 años), en la travesía ecologista del Yakuñan también participaron Soledad Hernández (licenciada en ecoturismo y guía de turismo, de 25 años), Andrés Holguín (estudiante de ecoturismo de la PUCE, 22), Antonella Carrasco (especialista en comunicación, gestión ambiental y fotografía de la USFQ, 23), Constanza Carrasco (ecóloga graduada en la USFQ, 23).Además, Santiago Guerra (estudiante de Administración de la PUCE, 21), Andrea Bustos (ingeniera geógrafa de la PUCE, 25), Gabriela Villacrés (médica veterinaria, 26), Elisa Levy (estudiante de Ciencias Biológicas de la PUCE, 24), Santiago Novoa Erazo (licenciado en turismo, 27), Sergio Cobos (ingeniero agropecuario, 27) y Agustín Torres (guía de turismo, 26). ¿Y a quién se le ocurrió primero la idea de pedalear por países de Sudamérica? Torres recuerda que las hermanas Antonella y Constanza Carrasco fueron las que pusieron en el tapete el proyecto de una travesía en bicicleta, con el objeto de concienciar sobre el cuidado y buen manejo del agua. Así nació el proyecto del Yakuñán (‘camino del agua’).El pasado 17 de enero, en la Cruz del Papa, en el parque La Carolina, en Quito, se lanzó el periplo de casi 7 000 kilómetros, que finalizó el 16 de julio y que incluyó la visita de sitios emblemáticos porque son reservas importantes de agua (ver mapa adjunto). Se trató del volcán Chimborazo, la laguna de Colta, el Parque Nacional El Cajas (en Ecuador), el Parque Nacional Huascarán (en el Perú), Cusco (en el Perú), el lago Titicaca (en el límite entre Perú y Bolivia y situado a 3 811 m de altitud), el lago Poopó (en Bolivia), el Salar de Uyuni (suroeste de Bolivia), y el Parque Nacional Iguazú. En este punto finalizó la gira.Torres dice que, en promedio, cada miembro gastó USD 2 000 en el viaje . El alojamiento y comida que les ofrecieron los lugareños de las localidades ubicadas a lo largo de la ruta aligeraron el peso de los dispendios. ¿Y por qué en bicicleta? Porque esta es el más ecológico de los medios de transporte.Torres y Soledad Hernández también coinciden en que el paso por la Cordillera Blanca, en el Perú, el pasado 15 de marzo, fue el tramo más dramático de la travesía. A ambos también les impactó la visita a La Oroya, también en suelo peruano, una de las localidades más contaminadas de América del Sur a causa del complejo metalúrgico que operaba en el sitio.Hernández, además, señala que el grupo agradece el apoyo de la aerolínea LAN Ecuador, que entregó los boletos de retorno al país, la Cancillería ecuatoriana, la Policía de Carreteras de Perú y la Asociación Scout de Ecuador, Perú y Bolivia.