Las amenazas para el tiburón martillo están en aumento

La Universidad San Francisco de Quito lleva a cabo un programa de investigación de tiburones martillo en Galápagos. 200 ejemplares tienen marcas acústicas. Foto: Cortesía Manuel Yépez y Alex Hearn

La Universidad San Francisco de Quito lleva a cabo un programa de investigación de tiburones martillo en Galápagos. 200 ejemplares tienen marcas acústicas. Foto: Cortesía Manuel Yépez y Alex Hearn

La Universidad San Francisco de Quito lleva a cabo un programa de investigación de tiburones martillo en Galápagos. 200 ejemplares tienen marcas acústicas. Foto: Cortesía Manuel Yépez y Alex Hearn

Las poblaciones del tiburón martillo común continúan disminuyendo, a pesar de los esfuerzos por conservarlas. En 1998, este animal estaba clasificado como ‘casi amenazado’. 23 años después, ya se encuentra ‘en peligro crítico’ de extinción. Aunque es uno de los animales más estudiados, se ha convertido en uno de los más amenazados.

Para Alex Hearn, investigador de la Universidad San Francisco de Quito, es preocupante que haya subido tres categorías en dos décadas. Pasó de ‘casi amenazado’ a ‘vulnerable’, ‘en peligro’ y ‘en peligro crítico’. Esta última es la categoría con mayor nivel de amenaza, antes de considerarlo extinto.

Estos datos revelan una reducción global del 80% de su población en tres generaciones. El investigador explica que, lo más preocupante, es que se trata de una especie emblemática de la región y que es el centro de varios programas de conservación.

La población que habita en el océano Pacífico es una de las afectadas. Un reciente estudio, liderado por el científico Demian Chapman y publicado en la revista Animal Conservation, reveló que el 60% de las aletas de tiburón martillo encontradas en los mercados de Hong Kong pertenecían a ejemplares pescados en las costas de América, desde Baja California hasta Perú.

En esta investigación también se evidenció que, de las 80 especies de tiburón halladas en estos sitios, el martillo fue una de las cuatro más comunes. Sus aletas son muy apreciadas en el mercado asiático, ya que son de gran tamaño. Esto las convierte en el ingrediente principal de las conocidas sopas de aleta de tiburón.

Según información de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), este plato festivo puede venderse a más de USD 100 por kilogramo.

Hearn explica que la intensidad de pesca ha aumentado en los últimos 20 años en el mundo y la zona este del Pacífico se ha convertido en un punto caliente, que convoca a los pescadores de varias zonas. Además, países de la región como Ecuador se han convertido en los principales exportadores de aletas de tiburón a Asia.

Aunque no hay estimaciones locales sobre su población, se toma como referencia un estudio realizado en isla Cocos, en Costa Rica. Se cree que los tiburones que llegan a esa zona pertenecen a la misma población de las islas Galápagos. Los resultados de este monitoreo demuestran que la población ha disminuido en un 40% en los últimos 25 años.

Para Hearn, estos datos son congruentes con la clasificación actual del tiburón martillo a escala mundial. Igualmente, la reducción de sus poblaciones en el Ecuador es evidente en la zona costera, donde es poco probable observar a estos animales.

En el país no se permite la pesca intencional del tiburón martillo y en el 2020 se prohibió la comercialización y exportación de aletas. A pesar de esta medida, en septiembre de ese año fueron decomisadas en Perú ocho toneladas de carne de tiburón desde Ecuador.

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