En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, no es raro que aplicaciones y sistemas operativos dejen de ser compatibles con dispositivos más antiguos. Este fenómeno, conocido como obsolescencia programada, afecta a millones de usuarios en todo el mundo. Empresas como WhatsApp y Windows son ejemplos claros de esta práctica.
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¿Qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada es una estrategia comercial en la que los productos se diseñan con una vida útil limitada. Esto obliga a los consumidores a reemplazarlos con mayor frecuencia, lo que genera un ciclo constante de consumo. Según un artículo de Repsol, esta práctica se originó a principios del siglo XX y se ha convertido en una norma en la industria tecnológica.
WhatsApp y la obsolescencia programada
WhatsApp, una de las aplicaciones de mensajería más populares del mundo, tiene como costumbre dejar de ser compatible con ciertos modelos de teléfonos inteligentes cada cierto tiempo. Meta, la empresa propietaria de WhatsApp, a decir de C5N, explica que la aplicación no funcionará en dispositivos que no puedan soportar las nuevas actualizaciones de seguridad y funcionalidad.
Esta decisión no es arbitraria. Los desarrolladores de software necesitan asegurarse de que sus aplicaciones funcionen de manera óptima y segura. Mantener la compatibilidad con dispositivos antiguos puede ser costoso y complicado. Además, los dispositivos más antiguos suelen tener hardware y sistemas operativos que no pueden soportar las nuevas características y mejoras de seguridad.
Windows y las actualizaciones forzadas
Microsoft también ha adoptado prácticas de obsolescencia programada. Por ejmeplo, la empresa ha anunciado que la versión 22H2 de Windows 11 llegará a su fin de servicio en octubre de 2024. Esto significa que las máquinas que ejecutan esta versión dejarán de recibir actualizaciones, dejándolas vulnerables a amenazas de seguridad, según explica DigitalTrends.
La razón detrás de esta decisión es similar a la de WhatsApp. Mantener la compatibilidad con versiones antiguas del sistema operativo puede ser costoso y complicado. Además, las nuevas versiones de Windows incluyen mejoras de seguridad y funcionalidad que no pueden ser soportadas por hardware antiguo.
Impacto en los consumidores
La obsolescencia programada tiene un impacto significativo en los consumidores. Los obliga a gastar dinero en nuevos dispositivos y actualizaciones de software con mayor frecuencia. Además, genera una gran cantidad de residuos electrónicos, lo que tiene un impacto negativo en el medio ambiente.
Según un artículo de Iberdrola, la obsolescencia programada es una práctica que ya ha sido prohibida en algunos países debido a sus efectos negativos en los consumidores y el medio ambiente.
¿Qué pueden hacer los consumidores?
Aunque la obsolescencia programada es una práctica común, los consumidores no están completamente indefensos. Aquí hay algunas estrategias que pueden adoptar:
- Investigar antes de comprar: Antes de adquirir un nuevo dispositivo, investiga su vida útil y la política de actualizaciones del fabricante.
- Optar por productos reparables: Algunos fabricantes diseñan sus productos para que sean fáciles de reparar. Optar por estos productos puede prolongar su vida útil.
- Actualizar software regularmente: Mantener el software actualizado puede mejorar la seguridad y funcionalidad de los dispositivos.
- Reciclar dispositivos antiguos: En lugar de desechar dispositivos antiguos, considera reciclarlos o donarlos.