La empresa que se encuentra más avanzada en el desarrollo de una nave espacial viable es SpaceX, con sede en Hawthorne, California.
Esta empresa, fundada por el millonario de Internet, Elon Musk, desarrolla un vehículo espacial reutilizable, llamado Dragon. Además, diseña un vehículo de lanzamiento, el Falcon 9. Este último realizó el pasado mes de junio una prueba de vuelo satisfactoria y entró en órbita a 250 kilómetros.
La nave espacial Dragon, que se parece a una cápsula Apolo, completó con éxito hace tres semanas una prueba de caída de alta altitud utilizando su paracaídas de reentrada.
Se espera que las pruebas orbitales de la nave espacial comiencen a finales de este año, antes de su primera misión de reabastecimiento a la ISS en el 2011. Aunque Dragon inicialmente únicamente transportará cargamento, se está diseñando con posibles pasajeros humanos en mente, y debería requerir modificaciones mínimas para poder transportar tripulación de y hacia la órbita.
Más allá de las misiones a la ISS, SpaceX planea utilizar aeronaves Dragon reformadas dentro del marco de su programa DragonLab. De esta manera ofrecerá a los científicos entornos presurizados y despresurizados para los experimentos que quieran que sean llevados a cabo en gravedad cero o en el vacío del espacio.
Los investigadores saben que la Agencia Espacial norteamericana (NASA) tiende a confiar más en empresas privadas para poner vehículos tripulados y no tripulados en el espacio. Por ahora, la Space X es líder en esta área.