E l año pasado, el fundador de la empresa Microsoft, Bill Gates, sorprendió a los científicos cuando solicitó la patente de un sistema, ideado por él y un grupo de investigadores, para disminuir la fuerza a los huracanes.
El método consiste en enfriar las aguas superficiales del mar en la que se generan estas masas de aire.
Al enfriar el agua, los huracanes pierden su poder destructivo. Para que esta propuesta funcione será necesaria la instalación de una flota de barcazas que bombeen agua fría desde el fondo del mar a la superficie.
De este modo, se crea un muro líquido frío que reduce el poder del huracán antes de llegar a tierra. Los científicos que participaron en este proyecto esperan poner en práctica el sistema en un par de años más.
El investigador ecuatoriano Luis Cáceres, consultor de cambio climático, dice que aún no se han evaluado los impactos que puedan provocar estos ensayos orientados a reducir la fuerza de los huracanes.
“El huracán lleva consigo humedad. Si la humedad no llega a un sitio, irá a otro. Esto beneficiará a unas zonas y perjudicará a otras”. Aunque los huracanes son conocidos, sobre todo, por su capacidad destructiva, son importantes para el sistema de circulación atmosférica.
Esta provoca el movimiento de calor desde las regiones cercanas a la línea ecuatorial hacia otras áreas. No es la primera vez que los investigadores diseñan un sistema para reducir el impacto de los huracanes.
A finales de los años sesenta, la Marina estadounidense desarrolló un mecanismo denominado Furia de Tormenta para frenarlos antes de que golpeen las costas de Estados Unidos.
Para lograr este objetivo -lo revela en un artículo la revista Science- se impulsó la idea de colocar yoduro de plata en las paredes del ojo del huracán.
El yoduro de plata es una sustancia que esparcida sobre las nubes contribuye al aumento de la lluvia. El aumento de la lluvia le restaría fuerza a los vientos.
Aunque se reportó una disminución de los vientos, la iniciativa no prosperó por las dificultad de colocar el yoduro de plata.
Al investigador Ross Hoffman se le ocurrió desviar a los huracanes, por medio de simulaciones virtuales.
Lo logró al aumentar dos grados la temperatura de las corrientes ascendentes en el centro del huracán.
El problema con esta iniciativa es que no hay tecnología que logre este efecto.
Carlos Naranjo, director encargado del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología reconoce la validez de las propuestas. Dice que todas estas técnicas deben aplicarse cuando el huracán está naciendo.