Desde hace más de cuatro décadas su vida ha estado ligada a la tecnología educativa. Entre los libros que el español Domingo Gallego ha publicado están ‘El ordenador como recurso didáctico’, ‘Estilos de Aprendizaje’ y ‘Aprendizaje y ordenador’. Este especialista, doctor en Filosofía y Letras, dictó conferencias en Quito, la semana pasada, en la Escuela Politécnica del Ejército.
¿Por qué las tecnologías de la información y la comunicación pueden convertirse en un recurso didáctico?
Porque los estudiantes y todos nosotros tenemos que vivir en el siglo XXI, el siglo de las tecnologías, de la comunicación y del conocimiento. Hay que ayudar al estudiante, en el aula, a vivir en este tipo de sociedad.
¿Qué obstáculos impiden en este momento aplicar la tecnología en las aulas?
Hay un obstáculo, que antes o después se supera, que es el económico. Hay centros de educación que tienen poco presupuesto, pero esto se acaba superando.
¿Entonces qué barrera es difícil de vencer?
Bueno, hay otro obstáculo que son los profesores con ideas antiguas y que quiere mantenerse como están.
¿Por qué no se atreven a utilizar nuevos recursos?Bueno, hay maestros que piensan que los estudiantes saben más que el profesor y tienen miedo. Además, no siempre están dispuestos a una reorganización del currículum y de todo lo el diseño físico de las aulas. Por eso, suelo decir que no se puede conseguir la integración curricular de las tecnologías si no participan las administraciones educativas que tienen que fomentar el uso de las tecnologías.
¿Cómo imagina usted el aula del futuro?
Del futuro, bueno. Me imagino el aula de unos pocos años más. Serán aulas aún más informatizadas. No solo tendrán computadoras con acceso a Internet, también habrá otros recursos informáticos que ya están presentes ahora en algunos centros educativos, como las pizarras digitales.
¿Cómo puede ayudar esta herramienta al proceso de enseñanza?
Hemos realizado investigaciones sobre el uso de esta herramienta en el aula. Los profesores pueden establecer un comunicación más colaborativa. Además, con esta y otras herramientas, en los alumnos se genera una actitud creativa, hacia la producción de recursos multimedia.
Pero un aula del futuro no tendrá únicamente pizarras digitales. ¿Usted debe tener más pistas sobre cómo será?Bueno, habrá mayor interacción. El aula del futuro permitirá aprovechar el conocimiento no solo de los profesores, sino también el que proviene de los padres. Serán centros del conocimiento que conjugen distintos saberes, no importa de donde provengan, si de los maestros, alumnos, profesores… Los alumnos podrán acceder al conocimiento de un determinado padre de familia, especializado en un área, a través del chat, por poner un ejemplo.
¿Se puede construir conocimiento a través de las redes sociales?
Ahora mismo, en Quito estamos en un proyecto donde estas herramientas son útiles para el intercambio. Participa la Escuela Politécnica del Ejército y universidades de otros países.
¿Cuándo se involucró con la tecnología educativa?
Realicé un máster en tecnología educativa en la Universidad de Columbia. Pero antes, escribí un libro sobre lecciones de cine. El fin era que los estudiantes de bachillerato lo consulten.