Hoy en día, las turbulencias representan el principal temor de los pasajeros de los aviones. Este miedo según lo revela un informe de la Unión Europea, es consecuencia del desconocimiento de la tecnología.
Temen que las turbulencias puedan desequilibrar la aeronave hasta el punto de hacerlo caer bruscamente o lo que es peor partirla por la mitad.
Las turbulencias se pueden medir desde el nivel 1 al 6.
Una aeronave está diseñada para soportar hasta la turbulencia 6. Además, los aviones actuales disponen de equipos creados también detectar los niveles de actividad de tormentas y tifones.
Guillermo Rodas, gerente técnico de la aerolínea ecuatoriana Saereo, explica que ningún piloto ingresa de manera voluntaria a un cumulonimbos, nubes densas y potentes de desarrollo vertical. Pueden alcanzar alturas de más de 15240 metros. Los cumulonimbos son las nubes que provocan las tormentas.
“Es casi imposible que un avión pueda salir de un cumulonimbos”. Estos fenómenos atmosféricos se pueden detectar por información del tiempo y por un radar meteorológico que los aviones llevan a bordo.
Rodas dice que gracias al avance de la tecnología, el avión es el medio más seguro de transporte. “Lo que ocurre es que los accidentes aeronáuticos son muy difundidos por los medios de comunicación. Por su envergadura generan un profundo impacto en las sociedades”.
En 2008 se produjo un accidente aéreo por cada 1,2 millones de vuelos.
Cada vez hay más instrumentos que reducen el riesgo de accidentes. Uno de ellos es sistema de advertencia y conocimiento del terreno (TWAS).
Esta tecnología le permite al piloto visualizar la proximidad de una montaña, por ejemplo.
Cuando hay escasa visibilidad, esta tecnología emite advertencias sonoras y visuales de la proximidad al terreno, a una elevación o de un acercamiento demasiado rápido.
Este sistema, según Rodas, ha eliminado en un 80% la probabilidad de que un avión se impacte. “Los pilotos también tenemos temor a volar y eso nos mantiene con vida. Si usted pierde el miedo a volar, ya no se va a cuidar. El aire no es nuestro medio”.
Por este motivo, apunta, los pilotos toman todas las precauciones gracias al conocimiento adquirido. Precisa que la industria de la aeronavegación hizo en sus cien años de existencia grandes avances en materia de seguridad, pero desafiar a la naturaleza siempre conlleva riesgos.
Sin embargo, por cada avión que se estrella, millones despegan y aterrizan con total normalidad. Uno de los equipos que facilita la tarea del piloto es el sistema de gestión del vuelo (FMS).
Es una potente computadora que permite programar la ruta y volarla manualmente o mediante el piloto automático. Fue creada para calcular una gran cantidad de variables del avión, como la operación de los motores.
Varios centros de investigación trabajan en sistema para mejorar la seguridad aérea.
Una de las tecnologías más innovadoras es el ala inteligente. La pieza, en desarrollo, cambiará de forma de acuerdo a las distintas fases del vuelo.
Jorge Cabezas, gerente general de la compañía Saéreo, también destaca las bondades del sistema ‘Fly by wire’ (vuelo por cable), integrada primero por Airbus y después por Boeing.
Consiste en el cambio técnico del sistema mecánico de vuelo por un sistema electrónico.
Gracias a este sistema computarizado se ha logrado compaginar la pericia de los pilotos con la velocidad de cálculo de una computadora. De este modo, permite mantener un mayor control sobre la aeronave.
Instrumentación
El radar ayuda a evitar las tormentas y también controlan el tráfico aéreo para evitar colisiones.
El altímetro muestra la altura a la cual está volando la aeronave. Es un equipo necesario en un vuelo.
La turbina constan, con frecuencia, de un eje. En su periferia tienen diminutas aletas llamadas álabes.
Los aviones emplean ruedas de goma (neumáticos) que forman parte del tren de aterrizaje.