El ‘doomscrolling’ es el hábito de consumir de manera excesiva noticias negativas en línea, especialmente a través de redes sociales y sitios web, desplazándose continuamente por contenido alarmante o perturbador, de acuerdo con Levanta la Cabeza.
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Este término, que se popularizó durante la pandemia de covid-19, combina las palabras inglesas ‘doom’ (condena) y ‘scrolling’ (desplazarse), y está asociado con la necesidad de mantenerse informado en tiempos de incertidumbre, pero a menudo genera ansiedad, estrés y efectos negativos en la salud mental.
¿Qué es el ‘doomscrolling?:
Uso consciente de redes sociales
Emilio Carrillo, docente de Psicología en la UIDE Guayaquil, señala que el uso de redes sociales no es negativo por sí mismo, pero el contenido consumido y el tiempo dedicado sí pueden afectar el bienestar. Cuando interfiere con la vida laboral, académica o social, es momento de evaluar su impacto. Para un uso más saludable, recomienda establecer horarios, definir objetivos y limitar el tiempo en pantalla, lo que ayuda a evitar el agotamiento digital y fomenta un equilibrio con la vida personal.
La desintoxicación digital: una necesidad en la hiperconectividad
Para Carrillo, la desintoxicación digital se ha vuelto una necesidad en la era de la hiperconectividad. Para algunos, desconectarse periódicamente de los dispositivos es una práctica saludable; para otros, una urgencia derivada de experiencias negativas en redes sociales, como el acoso o el consumo excesivo de contenido.
Terapias como el psicodrama, actividades al aire libre o acudir a espacios de calma ayudan a procesar la ansiedad generada. Aunque el entorno digital influye, también hay otros factores que afectan el bienestar, como el trabajo o la vida familiar. Usar la tecnología como única vía para aliviar el estrés puede ser contraproducente.
Modificar hábitos y generar un entorno favorable
Modificar un hábito implica conciencia, planificación y apoyo, siguiendo con el especialista. Identificar cómo el uso de redes sociales impacta la vida diaria es clave para cambiar conductas. Establecer nuevos hábitos, contar con recursos personales o sociales y generar un entorno favorable ayuda a reducir la dependencia digital. Según expertos, mantener el equilibrio y fomentar un uso responsable de la tecnología permite evitar el ‘doomscrolling’ y sus consecuencias emocionales, finaliza Carrillo.
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