Adrián Lozano, médico psiquiatra, considera que el transporte más seguro que existe hoy en día es el avión.
Aunque el avión es considerado el medio de transporte más seguro, aún hay muchas personas en el mundo que tienen miedo a volar. ¿Cuáles son las razones?
Cuando hablamos de este tema hay que diferenciar entre la ansiedad y el miedo. En el primer caso no hay un desencadenante real. Es decir, no hay un estímulo real que se constituya en una amenaza. El miedo sí es generado por un estímulo real, por ejemplo, la presencia de un perro rabioso que ataque, una persona que se dispone a robarnos.
¿Si no hay un estímulo real, por qué crece la ansiedad?Crece porque las personas se imaginan que el avión se va a caer, que las turbinas o los motores pueden fallar, que la llanta puede explotar, entre otras posibilidades. Todo es fruto de su imaginación. Se autocondicionan de forma negativa.
¿Qué ocurre con aquellas personas que sufren de claustrofobia (fobia a los espacios cerrados)?
Bueno, en lugar de tener pensamientos negativos, las personas que sufren de claustrofobia experimentan falta de aire. Algunos llegan a creer que el avión se está encogiendo y sienten que les puede atrapar. Algunos necesitan salir corriendo del avión. Esto también ocurre con quienes sufren trastorno de pánico.
¿Hay tratamientos para este tipo de trastornos?
Por supuesto que sí. Hay tratamientos farmacológicos y tratamientos con técnicas conductuales. Sin embargo, es necesario, en primer lugar, aceptar que los pensamientos que alimentan su ansiedad son absurdos, equivocados. En los momentos de ansiedad, es conveniente reflexionar sobre los criterios de la gente que me rodea.
¿Por ejemplo?
Si hay por ejemplo 100 personas que toman el avión en el mismo instante y todas se suben sin problema e incluso lo disfrutan, por qué tengo que pensar que se caerá. Las personas no pueden perder el control de su mente. Está claro que su mente le hace pensar en cuestiones absurdas.
¿Por qué se pierde el control sobre la mente?
Por muchas circunstancias. Cuenta mucho el factor hereditario y el tema de la educación, las experiencias traumáticas que hemos atravesado.
¿Quiénes sufren más de este trastorno, los hombres o las mujeres?
La mayoría de los pacientes a los que he tratado son ejecutivos que, por su profesión, tienen que viajar con regularidad. Recuerdo el caso de un alto ejecutivo que no tenía miedo a volar, pero adquirió este miedo a raíz de un viaje. El avión se despresurizó.
¿Con los tratamientos farmacológicos es posible que una persona que experimenta ansiedad puede adquirir el gusto por volar?
Un gusto por volar no, pero sí puede desterrar la ansiedad y tener una sensación neutra. Esa es la idea. Los medicamentos ayudan mucho, porque evitan que se desencadene el trastorno durante un vuelo. Si la persona viaja sin problemas, puede adquirir una sensación de confianza, de seguridad y cada vez le costará menos tomar un avión.
Una investigación revela que en la mujeres el miedo a volar puede estar relacionado con el desprendimiento de los hijos y en los hombres con el estrés del trabajo. ¿Cuál es su opinión?
Considero que en estos dos casos se trata de pensamientos obsesivos. No es racional pensar en que mis hijos quedarán desamparados si me ocurre algo en el vuelo. Es fácil dejarse llevar por estos pensamientos.
¿Hay pensamientos que pueden ayudar a sobrellevar el vuelo?
Sí y le comento que eso es parte de la terapia conductual, en la cual se utiliza la fantasía como un elemento que reemplazará los pensamientos negativos por positivos. También se recurre a técnicas de relajación. Ayuda mucho el pensar en las tareas que tendrá que realizar cuando llegue a su destino, en las personas a las que conocerá, los lugares que visitará por primera vez. Es fundamental recordar siempre que los seres humanos somos lo que pensamos.
¿Para superar este trastorno son válidas las visitas a la cabina del piloto o las técnicas para simular vuelos?
Lo son, pero estas técnicas son costosas. Los medicamentos son más prácticos cuando se trata de ofrecer una solución rápida.
¿Este trastorno de ansiedad puede llevar a una persona a perder el control durante un vuelo?
Sí y le cuento el caso de un paciente. En su viaje a Sao Paulo tuvo una crisis de pánico. El personal de la cabina no sabía bien lo que le ocurría y lo sometió. Le pusieron esposas de plástico y estuvo detenido por 48 horas.
¿Y qué paso después?
Salió después de presentar un certificado de salud donde se advertía que sufría de crisis de pánico. También le ocurrió a otro paciente rumbo a Pekín. El problema es que desde el ataque a las Torres Gemelas, del 11 de septiembre, los confunden con terroristas o delincuentes.
¿Usted disfruta al volar?
Bueno, sí disfruto. Además, por mi trabajo viajo un promedio de nueve veces al año. Pronto tengo un viaje a Barcelona, en España, para asistir a un seminario en mi área de trabajo.