“La Inteligencia Artificial (IA) tiene el potencial de revolucionar casi todas las industrias, incluidas la sanidad, las finanzas y la educación”, dijo Sam Altman, CEO de OpenAI y uno de los principales desarrolladores de la IA.
Y es la tecnología la que lleva adelante los procesos de cambio más eficientes. Ejemplo de aquello es el Business Agility, proceso que ayuda a las empresas a adaptarse rápidamente a las modificaciones del mercado.
El Business Agility contribuye a mejorar la propuesta de valor de una empresa, dándole adaptabilidad al logro de las estrategias. El meollo del asunto está en saber cómo aplicarla adecuadamente para conseguir un proceso de transformación efectivo.
Hacia aquello apunta Fabio Mory, líder y fundador de la New Agile Academy LLC, institución fundada en EE.UU. El concepto de Business Agility tomó fuerza desde 2001 con el Manifiesto Ágil y en los últimos años ha ganado más importancia gracias a los cambios que está generando la IA en la conducta humana.
Mory recuerda que la IA es el resultado de la búsqueda de soluciones que automaticen tareas repetitivas y tediosas, permitiendo una reducción drástica en las curvas de aprendizaje y la mejor toma de decisiones.
“Comenzaron a surgir herramientas de automatización impulsadas por la IA, eliminando el trabajo manual en la gestión de proyectos y la operatividad diaria de las empresas. Los primeros adoptadores vieron como la IA podía encargarse de actualizar estados en sistemas de gestión como Jira (por citar un ejemplo), permitiendo que los equipos se concentraran en tareas de mayor valor”, argumenta.
Alcances del Business Agility con la IA
Entre los alcances del Business Agility con la IA, Mory menciona el análisis predictivo, que, valiéndose de algoritmos avanzados, permite prever futuras tendencias; también está la optimización en comunicación y colaboración que programas como Slack y Microsoft Teams han obtenido en la planificación de reuniones.
A eso se suma la personalización del aprendizaje y el desarrollo profesional que se consiguió con plataformas de e-learning en la identificación de áreas de mejora para cada miembro de los equipos de trabajo; la IA le recomienda cursos específicos a cada uno.Importante, además, es como la IA ayuda a identificar a tiempo cuellos de botella y problemas que afectan los procesos productivos; en ese sentido, el monitoreo constante y el análisis de datos impiden que estos inconvenientes se conviertan en obstáculos insuperables.
Las ventajas de que el Business Agility respalde su desarrollo con la IA son tan evidentes, que el impacto de su uso está generando una cultura empresarial basada en datos más precisos y actualizados.“Los equipos de trabajo utilizan herramientas de análisis de datos para evaluar su rendimiento y ajustar sus estrategias en base a métricas claras y objetivas, fomentando una mentalidad de mejora continua y de responsabilidad”, sostiene Mory.
Reseña históricaSobre el surgimiento del Business Agility, Julián Maya, coordinador de Analítica de Datos en el CADE de la Universidad San Francisco de Quito, indica que, si bien uno de sus hitos más importantes se marcó en 2001 con el Manifiesto Ágil, los valores del concepto son los que implementó Toyota a través de su método de producción durante las décadas del cuarenta, cincuenta y sesenta.
Esos valores son calidad, innovación y entrega de valor.Respecto a la aplicación de la IA, esta se utiliza desde los setenta. Su adaptación a esta herramienta, así como otros avances de la tecnología, evolucionaron desde entonces, con mayor impulso desde los noventa en el mundo empresarial.Precisa que, conjuntamente a las empresas de desarrollo tecnológico, la industria donde es más evidente el avance de estas dos herramientas es la financiera.
Ejemplos de su presencia son las aplicaciones móviles o métodos predictivos que ayudan a los bancos a gestionar de mejor manera el riesgo de otorgar un crédito, crédito al que ahora es posible acceder en línea.