Las condiciones de vida para los tsáchila han sido adversas. Todo ha contribuido para que su territorio ancestral sea mutilado: la “reducción de pueblos” impuesta por los jesuitas, la viruela, la superposición territorial con otros pueblos (niguas y yumbos), la presencia de colonos, la Reforma Agraria, la construcción de carreteras, la aparición de la ciudad. Originalmente su terruño debió colindar con el de los chachi y ocupar una gran extensión.
Llega diciembre y los yumbos de La Magdalena dejan su hibernación y se ponen a repasar la danza que ofrecerán al Niño Jesús. Entre el 24 y 26 de diciembre del 2019 celebran el pase y la solemnidad de la liturgia se combina con la danza pagana.
Los yumbos, al ritmo de los tambores, el pingullo y la banda de pueblo, llegaron a las instalaciones de la Administración Zonal la Delicia. La mañana de este sábado 22 de junio del 2019, unos 60 danzantes hicieron una toma simbólica del lugar.
Los monos, payasos, negros loeros, curiquingues, sahumeriantes, huasicamas, mayordomos, caporales, chinas, yumbos y otros personajes son parte de las fiestas populares de las comunidades indígenas de la provincia de Cotopaxi.
Historia, seres mitológicos y leyendas esconden los culuncos, caminos que usaban los yumbos para desplazarse entre la Sierra y Costa ecuatoriana. Esos antiguos caminos son usados en la actualidad como rutas turísticas que describen la historia de las primeras personas que transitaban entre las dos regiones del país.
Las calles de cuatro sectores de Santo Domingo tienen una nomenclatura en tsa’fiki, el idioma de los tsa’chilas.
Los senderos utilizados por los yumbos hace 800 años, mientras realizaban el intercambio de productos entre las regiones de la Costa y la Sierra, encierran algunas historias y leyendas fantásticas de seres mitológicos. Ahora estas se aprovechan para el turismo.
Las fiestas de la parroquia Belisario Quevedo, en Latacunga, se celebran con bandas de pueblo, danzantes, yumbos y monos. Estos personajes son los encargados de animar la festividad en honor a las fiestas patronales, el padre Sol y la Pachamama (Madre Tierra). Sus coloridas prendas son el atractivo para los visitantes.
La mejor forma de valorar a la cultura Yumbo es recorriendo sus ancestrales culuncos, caminos preincaicos que se niegan a morir en el noroccidente de Pichincha. Estos senderos son un testigo patrimonial de una organización comercial que se desarrolló entre los 800 años d.C. hasta la conquista española.
Desde hace tres años, el artista guayaquileño Fidel Eljuri trabaja en una serie sobre tradiciones. Su nueva propuesta es ‘La danza de las montañas’, una pieza en la que se mezcla nuevas tecnologías con las fiestas que celebran los yumbos.
El pasado sábado, 19 de septiembre , las yumbadas de Rumicucho, Pomasqui, Cotocollao, El Inca, La Magdalena, San Francisco de Conocoto y la Tola Chica de Tumbaco se reunieron a lo largo de la calle García Moreno en el Centro Histórico con el propósito de levantar los siete sellos espirituales que dejaron incas y españoles cuando estuvieron en Quito.
La ritualidad de los yumbos llega este sábado 19 de septiembre al Centro Histórico de Quito. La fiesta de los “Yumbos Danzantes y Ancestrales del Quitu Milenario” se efectúa hasta las 22:00. La cita es para mirar a las siete Yumbadas danzar y levantar los siete sellos espirituales dejados por los incas y españoles. El objetivo: visibilizar los sitios de poder espiritual Quitu-Cara-Yumbo y a los dioses ancestrales Pacha, Eacha, Pachacamac, Umiña y el Rucu yaya Pichincha.
Los trajes blancos, las cintas y los pañuelos multicolores, las alpargatas, las máscaras y las plumas son parte del traje de los pingulleros y yumbos de San Francisco de Conocoto, en el valle de Los Chillos. La agrupación se denomina Yumbos Blancos.