‘A mí jamás me acobardó la muerte, lo que sí me hace temblar es el olvido”. Así rezan los versos de El día de mi muerte, una canción que popularizó Tania Paredes Aymara, poco antes de fallecer en un accidente de tránsito en el 2001. Su entierro en el cementerio de San Diego fue, según el sociólogo Leonardo Zaldumbide, uno de los más multitudinarios en ese camposanto, fundado en 1868.