Las bayetas y los anacos que visten Francisca Masaquiza y su hija Soledad Chango, de la parroquia Salasaka, están elabocomuniradas con la lana de borrego que procesan en su taller, ubicado en la comunidad indígena Wasalata.
Durante los últimos tres años, su violín suena en los matrimonios, fiestas ancestrales como los Caporales, los Capitanes y otras celebraciones en el Pueblo Indígena Salasaka. Es Soledad Chango, la violinista que con su hermano mayor creó el Dúo Chango.