En 1998 participé en un proyecto cuyo objetivo era apoyar técnicamente la formulación de la primera maestría en salud pública interétnica de Centroamérica. Acababa de titularme en Europa y era muy joven, no percibía aún lo trascendental del ideal frente al método. Eran los tiempos de las grandes ONG como Médicos del Mundo, las cuales no le ponían fronteras a ninguna esperanza y eso incluía el acceso a la educación superior para los pueblos indígenas.