En el mito del Pacífico norte del Ecuador, la Tunda es una mujer monstruo que atrae a las personas hacia el monte; el ‘entunde’ es el embrujo o hechizo con el que mantiene a sus víctimas encantadas. En la tesis del educador e investigador afroecuatoriano Ibsen Hernández Valencia, la mujer o las mujeres que dieron pie a la historia eran en realidad cimarronas rebeldes que huían en busca de libertad, y el ‘entundamiento’ era un proceso de instrucción ideológica.
Los cuentos del Duende, Tunda, Riviel, Gualgura, Patacoré y otros son difundidos. Cuando los padres de Anastacio Mina hablaban del Riviel, en la casa nadie quería subir a la canoa para ir a colocar la catanga, que es una trampa de madera que sirve para capturar al camarón de río.