Con un deslumbrante despliegue de color de tulipanes violetas, amarillos y carmesí, el jardín de flores Keukenhof, en las afueras de La Haya, suele rivalizar con los principales museos de Ámsterdam como una de las mayores atracciones turísticas de los Países Bajos.
Los floricultores de los grandes campos de tulipanes, tan característicos del paisaje primaveral de Holanda, están hartos de que los turistas pisoteen las flores para hacerse la tradicional foto de postal. Pancartas, barreras y voluntarios llenan las praderas para frenar el desastre.