Al ritmo de la marimba, el bombo y el shuade (palo de lluvia), los tsáchilas entonan villancicos traducidos al tsa'fiki. La comunidad ha trabajado con el párroco Diarío Delgado para incluir el idioma materno en los cánticos y oraciones.
El coro de la Casa de la Cultura Núcleo Santo Domingo busca preservar el idioma ancestral de los tsáchilas a través de las canciones.
Un coro musical de la Casa de la Cultura núcleo Santo Domingo está integrado por niñas de entre 7 y 12 años que cantan en tsáfiki, el idioma nativo de los tsáchilas.
Una guitarra acompaña las melodiosas voces de las niñas del cantón, de entre 7 y 12 años, que integran el coro de la Casa de la Cultura núcleo Santo Domingo. Ellas aprendieron el idioma nativo de los tsáchilas –el tsáfiki– a través de canciones.
Yoshili Calazacón, de 6 años, sueña con que todos los niños de Santo Domingo conozcan su idioma nativo, el tsáfiki. Hace seis meses, le pidió a su abuelita Albertina Calazacón que le ayudara a armar un proyecto para enseñar su lengua materna.
En siete comunas tsáchilas las familias empezaron a familiarizarse con un nuevo material documental que aporta a la evidencia tradicional de la etnia. Se trata del texto lúdico informativo ‘Comunidad Tsáchila’ que fue elaborado por el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales con el apoyo de los gestores culturales de la nacionalidad.
Después de haber vivido una década fuera de Ecuador, el baterista, percusionista y productor Danilo Arroyo decidió volver al país y reconectarse con su identidad. Su recorrido con los ritmos ecuatorianos se inició con la producción del disco de Mateo Kingman, pero luego presentó su propio proyecto de fusión rítmica.
El idioma tsáfiki siempre fue un motivo de lucha y perseverancia para la activista Celinda Calazacón. Junto a su esposo, el gobernador vitalicio de la nacionalidad Tsáchila Abraham Calazacón, quiso que la lengua materna no se extinguiera.
El trinar de las aves, el viento cálido y el aire puro que se respira en el bosque le dan paz a Byron Calazacón. Lejos del ruido de la ciudad, la naturaleza y el entorno de su comuna lo ayudan a conectarse con la realidad de su gente.
El idioma de la nacionalidad Tsáchila intenta ser fortalecido en un escenario contradictorio.
Con un Cristo vestido como tsáchila, esta nacionalidad busca preservar sus creencias a través del sincretismo religioso. Antes de la colonización y evangelización (1964), los tsáchilas veneraban a la diosa del río, llamada Mapia en el idioma nativo tsáfiki.