Las calles de Quito son espacios donde el trabajo infantil, la mendicidad y personas con experiencia de vida en calle son parte de las jornadas diarias. En noviembre y diciembre, esta realidad se incrementa, y es por ello que hay acciones en marcha.
En el 2021, en el Distrito, a través de la campaña de prevención y acción que emprende anualmente el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), se identificaron 579 personas en dicha condición. Sin embargo, según el diagnóstico Situacional del Trabajo Infantil, del Consejo de Protección de Derechos realizado en el 2019, en la capital se registraron 25 600 niños, niñas y adolescentes expuestos a condiciones laborales.
En lo que se refiere a habitantes de calle, la Unidad Patronato Municipal San José (Upmsj), en colaboración con la Secretaría de Inclusión Social de la Alcaldía, realizó un levantamiento, entre febrero y marzo de este 2022. En este se definió una muestra de 793 personas. La mayoría corresponde a hombres, con una relación de nueve a una. Se identificó a 1% de población Lgbtiq+.
El 45% de quienes reportaron su lugar de nacimiento, no es de Quito. Residen en el distrito como resultado de una migración interna. Asimismo, el 90% indicó que sabía leer y escribir, sin embargo, muchos mantienen solamente un dominio parcial de la habilidad.
El 10% presentó algún tipo de sintomatología psiquiátrica demencial o psicótica, sean amnesias, desorientaciones, alucinaciones, delirios, soliloquios, etc.
Zonas de concentración
De las personas registradas en el levantamiento, el 57,1% se concentró en la Zona Manuela Sáenz. En Eloy Alfaro y Quitumbe, un 21,9% y en La Mariscal, Eugenio Espejo, La Delicia y Calderón, un 16,8%.
La Upmsj detalla que una de las zonas más críticas en Quito, según los abordajes realizados por los equipos técnicos de la institución, es el Centro Histórico. Uno de los factores que incide en esto es que se trata de un sector que concentra una alta cantidad de comercio informal y mendicidad.
El sur no se queda atrás, sobre todo, en el Mercado Mayorista y los alrededores de Las Cuadras. En el norte, en cambio, en La Mariscal, plaza Foch, Naciones Unidas y las inmediaciones de centros comerciales se vive esta situación. Algo similar ocurre en la feria libre de La Ofelia, Cotocollao y en el mercado de Calderón.
En la recta final del año, la problemática se intensifica en sitios como las plazas San Francisco, Grande, Santo Domingo, Santa Clara, sector La Merced, 24 de Mayo y Basílica.
Desde el MIES puntualizan que la mendicidad y el trabajo infantil tienen dos caras: la que tradicionalmente se ha visto en calles, parques, plazas y carreteras; y la trata de personas.
Factores decisivos
En la Cartera de Estado indican otras repercusiones: desnutrición, limitado acceso a la salud, educación y a otros servicios básicos. Estos puntos inciden en que padres y madres trabajen junto a sus hijos para incrementar en algo sus ingresos.
No queda ahí. La violencia intrafamiliar, los patrones culturales arraigados en las familias de origen rural que migran a la ciudad, la permisividad social, la falta de cobertura, calidad y cumplimiento de la obligatoriedad de la educación son factores que perpetúan el trabajo infantil.
En los meses finales del año, el concepto erróneo de la solidaridad es crucial. De ahí que tanto desde la Cartera de Estado cuanto de la Upmsj trabajan en la sensibilización de la comunidad y en servicios en distintos puntos.
Algo que se pondrá en práctica en los próximos días.
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