Tras un año de la muerte del bebé que murió el 11 de abril del 2015, tras sufrir quemaduras de segundo grado en su espalda y brazo mientras era trasladado en una termocuna desde el hospital del IESS de Milagro hasta el Hospital Teodoro Maldonado, de Guayaquil, aún sus padres Tamara Franco y Mauricio Ronquillo esperan que se haga justicia.