El 7 de julio del 2020, el quiteño Miguel Guijarro, de 75 años, ingresó al hospital con síntomas graves de covid-19. Tenía dificultad para respirar, fiebre alta y dolor abdominal. Los médicos -cuenta su hijo Andrés- realizaron varios procedimientos para salvarlo, entre ellos la colocación de plasma de contagiados recuperados.