Los ratones que vocalizan repetitivamente, con pausas, de una manera similar al tartamudeo humano podrían ayudar a los científicos a entender mejor las causas de este problema de comunicación que aún tiene su cuota de misterio.
La tartamudez es un trastorno de comunicación que afecta a cuatro de cada 100 niños, según un estudio de la Fundación Americana de Tartamudez.