Juguetes sexuales, bebidas alcohólicas, máquinas de humo. Estos fueron algunos de los artículos que se encontraron en un local que funcionaba de forma clandestina en el sector de la Jipijapa, norte de Quito. El lugar fue clausurado.
Se cree que los latinos son como personas que viven su sexualidad de manera plena, pero ¿cuánto hay de cierto en esta creencia? #OpinaAméricaLatina realizó una nueva encuesta para develar qué están dispuestos a hacer los latinos para mantener la 'llama encendida'. Video: #OpinaAméricaLatina
"Hay un montón de sexo en nuestros barcos". Bob Hannaford, organizador del crucero junto a su mujer Tess, es contundente. Más allá de que el público que recibe es variado -algunos buscan experimentar, otros buscan ser observados, otros solo pasar un momento diferente- todos los que se congregan el barco saben que no hay reglas. O que, más bien, las reglas son bien distintas a las de un crucero convencional.
Ted Williams no se llama Ted Williams. Es swinger desde hace más de 20 años y usa un seudónimo porque, a la vez, es profesional y se encarga de las finanzas en una prestigiosa empresa de Chile. Ted pasó de ser un simple practicante del sexo entre parejas a convertirse en una suerte de líder y consejero internacional de la manada. Y si decidió asumir ese rol es porque se cansó de que el tabú y el qué dirán alejara a las parejas que querían ingresar a este mundo (mucho más a las mujeres). En su "militancia", arrancó un programa de radio sobre el tema y organizó el "Primer encuentro de swingers de Argentina y Chile", al que fueron 220 parejas. Pero hace un mes fue más allá y se convirtió en el anfitrión del "Primer Encuentro Sudamericano de Swingers": 300 parejas de América y también de Europa que se juntaron en una mansión en Viña del Mar a participar de lo que se llamó "La fiesta soñada".