Jaime Ordóñez Pallares
En estos últimos días, el señor presidente Correa en sus alocuciones de los sábados y en las frecuentes cadenas radiales de las 20 horas, ha denunciado repetidamente la existencia de conspiraciones políticas contra la estabilidad del Régimen.
Conspiraciones originadas por militares en retiro, indígenas, correos electrónicos circulados dentro de las FF.AA., dando a conocer la desaparición de su Instituto de Seguridad Social, elementos extranjeros, etc.
Lamentablemente estas declaraciones no están sustentadas en pruebas contundentes, por lo cual se deduce que están basadas solamente en suposiciones o en informaciones sin fundamento.
En igual forma se argumentó que determinadas noticias transmitidas por Teleamazonas estaban basadas en supuestos y sin prueba alguna, lo que dio origen a una suspensión de sus transmisiones por 72 horas, dispuesta por la Superintendencia de Comunicaciones.
Si las noticias de Teleamazonas y las declaraciones del Presidente tienen en común la falta de pruebas, podría esperarse que si la Superintendencia actuara de manera imparcial, debería también suspender las cadenas radiales y las declaraciones del señor Presidente por igual período de 72 horas, lo cual sería visto con enorme beneplácito por la gran mayoría de ciudadanos.
Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?