El rostro de una figurina parece resumir dos anomalías congénitas y una enfermedad infecciosa en una misma cerámica: paladar hendido, labio leporino y probablemente también verruga peruana (enfermedad de Carrión). La boca y la fosa nasal están hundidas, mientras que la piel de la cara está cubierta de protuberancias y huecos diminutos.
El control migratorio ha sido más intenso en Tungurahua que en otras provincias.
Un espacio habitacional con acabados industriales, es decir con paredes de ladrillo, pisos de concreto, … podría imaginarse como algo poco estético para la vista.