Entre los cambios que se produjeron en el mundo durante las desconcertantes décadas finales del siglo XX (cuyo símbolo más acabado es la caída del Muro de Berlín), no fue menor aquel ruidoso descalabro de las burocracias totalitarias del Este europeo, en su momento consideradas como la alternativa que podía salvar a la humanidad de la barbarie capitalista.
Mediante el linchamiento mediático se expresa que el actual Gobierno no pertenece al socialismo del siglo XXI, pese a imponer un modelo regulador, controlador, revolucionario y autoritario, a diferencia del verdadero modelo populista que es facilitador, democrático representativo y respeta la libertad de prensa.
Toda sociedad latinoamericana -la ecuatoriana, la peruana, la boliviana y otras- puede hoy en día mirarse en tres distintos espejos dentro de nuestra propia región.
El socialismo, como cualquier producto del ser humano, es susceptible de diversas interpretaciones. Existen socialismos que podrían calificarse como de diferentes grados. Tenemos socialismos como los que se practican en los países nórdicos; otros que se sienten más radicales.
El año que está por finalizar ha sido devastador para el socialismo del siglo XXI, una corriente que está en retirada y que ha ingresado en la galería de los fracasos (¿engaños?) de la historia. El 2015 deja claros indicios de esto. Ya casi nada queda de la audacia, la arrogancia y la seudosoberanía con las cuales se pretendió barnizar un sistema -que ya falló en la centuria pasada en otras geografías- para aplicarlo en países de la región.
El filósofo francés André Glucksmann, exmaoísta, arquetipo del "intelectual comprometido" y denunciador de los totalitarismos, falleció la noche del lunes 9 de noviembre de 2015 a los 78 años.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió hoy, 15 de octubre, profundizar el socialismo ante los supuestos planes de la oligarquía de "vender" el país al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con motivo de la próxima conmemoración de los 26 años de la estrepitosa caída del Muro de Berlín (colapso del socialismo y sus variantes); en atención a la evolución de ciertos acontecimientos políticos nacionales e internacionales; y, a propósito de la ya famosa y tan comentada ‘restauración conservadora’, bien podría actualizarse un conocido texto del escritor del siglo XIX, Carlos Marx, de la siguiente manera: “Un escombro recorre América Latina: el escombro del socialismo.
Que Francisco sea un "papa comunista" es algo que parece menos seguro después de sus primeros días en Cuba. El Pontífice argentino se distanció el domingo de las etiquetas que le suelen colgar desde el comienzo de su pontificado. ¿Un comunista, un socialdemócrata, un marxista? "No se sirve a ideas, sino que se sirve a personas", aseveró.
El dicho es conocido: “Sacristán que vende cera sin tener cerería, de dónde pecatas meas si no es de la Sacristía”.
Un video en el que el presidente de Bolivia, Evo Morales, ordena con su mano a un hombre que le ate un zapato mientras él sigue de pie conversando con otras personas se ha hecho viral en las redes sociales y le ha valido críticas en su país.
Hace 47 años, en el curso de una operación planeada y ejecutada con una precisión táctica inversamente proporcional a su torpeza política, las tropas del Pacto de Varsovia, encabezadas por la Unión Soviética, invadieron Checoslovaquia y ocuparon Praga sin permitir que el gobierno de AlexanderDubcekintentara siquiera alguna resistencia.
A través del libro ‘Una oveja negra al poder’, los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz revelan detalles de las relaciones del expresidente de Uruguay, José Mujica, con líderes regionales.
Al papa Francisco: Para erradicar la pobreza, hay que crear más y mejores oportunidades para todos, hay que generar riqueza. ¿Cómo? Abriendo una economía al mundo, al libre mercado, a la inversión, a la producción, al empleo, al pago de impuestos proporcionales (no confiscatorios). Los países más liberales son los que más gente rica, más clase media y menos pobres tienen.
La verdad es que tanto en las afirmaciones, como en la práctica, cada vez hay menos socialismo en el actual Gobierno, si es que alguna vez lo hubo.
Esa imagen de un hámster dando vueltas incansables tratando de escalar dentro de un carrusel que no tiene principio ni fin es lo que más se parece a una idea que publicó Toku Ihara en Twitter: “Quien ve en la ciudadanía izquierdas o derechas no entiende o no le interesa entender la ciudadanía”. Un día antes, el mismo tuitero había escrito: “Ni de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario: democrático”.
Entrevista a Gloria Álvarez, politóloga y activista guatemalteca cree que hay que trabajar en el mismo método que el Foro de Sao Paulo, que estableció la agenda para el Socialismo del siglo XXI. A través de la tecnología, armar foros para recuperar la institucionalidad republicana.
Es una activista y politóloga guatemalteca. Gloria Álvarez cree que hay que trabajar en el mismo método que el Foro de Sao Paulo, que estableció la agenda para el Socialismo del siglo XXI. A través de la tecnología, armar foros para recuperar la institucionalidad republicana.
Le importan un bledo las futuras generaciones. Solo le interesan las futuras elecciones. Es la lógica del político electorero que se acostumbró a ganar elecciones en el marco de un derroche clientelar sin precedentes. No entiendo cómo puede llamarse socialista quien arremete contra el más idóneo mecanismo de justicia distributiva como es la Seguridad Social, que en nuestro país apenas es un paliativo de bienestar previsional, cuando debería ser el eje de grandes y profundas transformaciones sociales.
Hay indicios de que los gobiernos llamados del “socialismo del siglo XXI”, Venezuela, Bolivia y Ecuador, conozcan pérdidas de reconocimiento y los populares Rafael Correa y Evo Morales estén perdiendo la aceptación de los años anteriores. Aunque siguen con amplias posibilidades de volver al poder.