En un reciente artículo, el crítico de arte del The New York Times rechazaba el cambio temporal de la Mona Lisa en el Museo del Louvre, lo cual llevó a una suerte de desastre técnico en materia museográfica. Al trasladar el famoso cuadro de Leonardo da Vinci a una sala más pequeña, las cerca de 30 000 personas que cada día la ven se encontraron en un callejón que solo podía albergar a 5 000 visitantes diariamente y por unos pocos minutos.